Cómo saber si una oferta es real o inflada: usa estos tres trucos con el historial de precios
La clave de este asunto está en la trazabilidad
Qué debes saber antes de aceptar un descuento por fidelización: ¿ahorro o gancho comercial?
Un producto se anuncia con un 60% de descuento. A partir del momento en que lo ves, el temporizador empieza a correr y el producto que querías está cada vez más cerca de agotarse. Pero, ¿realmente se trata de una ganga o es solo una estrategia más de marketing disfrazada de oportunidad? En un mundo en el que los precios suben y bajan a golpe de algoritmo, aprender a detectar descuentos inflados es casi un acto de autodefensa financiera.
Las trampas comerciales no son nuevas, pero con el auge de las rebajas online, se han sofisticado. Hoy, son muchas las empresas que suben discretamente el precio de un producto días antes de aplicar una supuesta rebaja. El resultado es que el artículo vuelve a su precio original, pero ahora decorado con un cartelito de un “30 % menos” que, en realidad, no significa absolutamente nada. Por suerte, existen herramientas y trucos para que no te la cuelen.
Esto se conoce como “descuento inflado” y, aunque no es ilegal, sí es considerado por organizaciones como la Comisión Europea o la OCU como una práctica comercial desleal. Desde mayo de 2022, en la Unión Europea los comerciantes están obligados a mostrar el precio más bajo que haya tenido un producto en los últimos 30 días antes de aplicar un descuento.
Consultar el historial de precios
El primer paso para desmontar una oferta engañosa es consultar cómo ha evolucionado el precio del producto en los últimos meses. Extensiones de navegador como Keepa o CamelCamelCamel, disponibles para Amazon, permiten ver de forma gráfica las fluctuaciones del precio a lo largo del tiempo. De un simple vistazo, es posible comprobar si el artículo realmente está en su mínimo histórico o si el supuesto descuento es una ficción creada a partir de una subida previa.
Además, estas herramientas no solo muestran el precio actual, sino también cuándo ha sido más barato, cuándo subió y si estás comprando al mismo precio que hace tres meses, pero con un cartel de oferta que pretende hacerte creer lo contrario.
Comparar en varias tiendas
Una oferta no tiene valor si ese mismo producto cuesta lo mismo, o menos, en otra tienda sin que esté de rebajas. Para ello, comparadores como Idealo, Precialo, Knasta o incluso Google Shopping permiten cotejar precios entre diferentes plataformas y detectar si ese “50 % de descuento” es, en realidad, una etiqueta vacía frente a la competencia.
La OCU ya ha levantado la mano con campañas como el Black Friday o el Día sin IVA, en las que muchas tiendas aplican descuentos sobre precios inflados o referenciales que no reflejan el valor real del producto. Comparar es, por tanto, la única forma de saber si estás ahorrando o cayendo en la trampa del marketing.
Crear alertas y vigilar los repuntes sospechosos
Una técnica útil es crear alertas de precio en estas plataformas para hacer un seguimiento. Así, en lugar de dejarte llevar por la urgencia de una cuenta atrás, puedes comprar solo cuando el precio baje de verdad. También es recomendable observar si hubo un “repunte sospechoso” en las semanas anteriores: muchas veces, los precios suben discretamente una o dos semanas antes del periodo de rebajas para luego bajar... al precio de siempre.
La clave está en la trazabilidad. Una oferta es buena si el precio es más bajo que en cualquier otro momento anterior y más competitivo que en otras tiendas. Si el precio es el mismo que hace semanas, pero adornado con una etiqueta llamativa y un temporizador, probablemente estés ante un descuento inflado.