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Comprar un coche de segunda mano siempre entraña ciertos riesgos, pero hay uno que suele pasar desapercibido para el comprador más inexperto: que el vehículo haya sido utilizado previamente como coche de alquiler o como vehículo de autoescuela. Este tipo de uso suele implicar un desgaste mayor y una depreciación más acelerada, por lo que omitir este dato puede traducirse en un precio mucho más alto de lo que en realidad debería. ¿Cómo descubrirlo? Existen métodos sencillos, baratos y legalmente respaldados para conocer el historial completo del vehículo. Y sí, son totalmente accesibles para cualquier ciudadano.

Las claves están en el informe de la DGT

El documento más fiable y completo para conocer el historial de un vehículo usado es el Informe detallado de la DGT, que se solicita a través de su sede electrónica. Según explica el portal oficial de Tráfico, este informe incluye datos sobre el número de titulares anteriores, la situación administrativa del vehículo (si está dado de baja, tiene precintos o embargos), el historial de ITV con fechas y kilómetros registrados y la clasificación del tipo de servicio del vehículo: particular, alquiler sin conductor, autoescuela, etc.

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El coste es de 8,40€ si se gestiona directamente en la sede electrónica de la DGT con certificado digital, Cl@ve o mediante la app miDGT. 

Otra señal inequívoca, especialmente en coches matriculados antes de mayo de 2018, es la fecha en la que pasaron su primera inspección técnica (ITV). Hasta ese momento, los coches de alquiler debían pasarla a los 2 años de su matriculación, mientras que los coches particulares estaban exentos hasta los 4 años.

Así que si te encuentras con un coche que pasó la primera ITV a los dos años exactos de haber sido matriculado, es muy probable que fuese de una flota de alquiler.

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Los códigos ocultos que debes buscar: 1040, 1041 y el temido ASC

Además del informe oficial, hay dos documentos que todo coche debe tener y que también pueden dar pistas fundamentales: la ficha técnica y el permiso de circulación.

  • Ficha técnica: si aparece la anotación “ASC” (Alquiler Sin Conductor), es una señal clara de que el coche fue parte de una flota de alquiler. Esta sigla aparece en el campo de observaciones o uso del vehículo. 
  • Permiso de circulación: el tipo de uso del vehículo está codificado:
  • Código 1040: alquiler sin conductor.
  • Código 1041: vehículo de autoescuela.
  • Código 1000: uso particular, lo que puede significar que antes tuvo otro uso y fue reconvertido.

¿Por qué importa? Kilómetros, embrague, precio y valor de reventa

Que un coche haya sido usado como alquiler o autoescuela no implica automáticamente que esté en mal estado, pero sí debe generar alerta por varios motivos:

  • Mayor desgaste: se usan por múltiples conductores, a menudo en entornos urbanos exigentes, y con menos cuidado que un vehículo particular.
  • Kilometraje elevado y embrague fatigado: especialmente en coches manuales usados para enseñanza.
  • Valor de reventa reducido: una vez que el comprador descubre el pasado del vehículo, su valor baja drásticamente en el mercado de segunda mano.

No basta con fijarse en la estética del coche. Hay que verificar qué uso tuvo antes de la compraventa. Que venga de un alquiler o autoescuela puede justificar una rebaja de varios miles de euros en su precio final.