El pasado 28 de octubre Elon Musk, el CEO de Tesla y Space X, completó la compra de Twitter. Tras meses de incertidumbre y cambios de opinión, en los que el magnate llegó a ser demandado por la compañía por romper el acuerdo que ambas partes habían firmado a finales de abril, Musk, que actualmente ostenta el honor de ser el hombre más rico mundo según la prestigiosa revista Forbes, adquirió finalmente la red social del pajarito azul por un total de 44.000 millones de dólares en la que es ya una de las operaciones más importantes y polémicas del sector. Y es que nada más adquirir la red social, el magnate ha iniciado una ronda de despidos masivos en la que han caído miles de empleados. 

Los primeros trabajadores de los que Elon Musk se ha desprendido han sido los que configuraban la cúpula directiva de la red social. Nada más completar la adquisición, el magnate despidió a Parag Agrawal, el antiguo consejero delegado, a Ned Segal, el antiguo jefe financiero, a Vijaya Gadde, la antigua responsable legal y de políticas, y a Sean Edgett, quien era el principal abogado de la compañía. Poco después, el magnate ejecutó un despido masivo de empleados que, según diversas fuentes, habría afectado a aproximadamente la mitad de la plantilla total de la empresa. 

Para comunicar estos despidos, Elon Musk decidió enviar un correo electrónico a los trabajadores, en el que se comunicaba si continuaban o no en la empresa. La práctica es completamente legal en Estados Unidos, pero ¿qué ocurre en España? ¿Se puede despedir a un trabajador en nuestro país por email?

Aunque en la comunicación entre empleados y trabajadores es cada vez más habitual recurrir a canales digitales de comunicación, como puede ser Whatsapp o el propio correo electrónico, a la hora de comunicar un despido hay que cumplir con ciertos requisitos que aparecen recogidos en nuestra legislación y que muchas veces no pueden darse en un email. 

Tal y como señala la abogada laboralista Rosario Romero Bolívar, de RB Legal, a Telecinco, los despidos pueden comunicarse por cualquier medio de comunicación, pero solo cuando se pueda acreditar la fecha, el contenido o motivos del despido y, posteriormente, la recepción por parte del trabajador. Así lo recoge el artículo 55.1 del Estatuto de Trabajadores, que establece que “el despido deberá ser notificado por escrito al trabajador, haciendo figurar los hechos que lo motivan y la fecha en que tendrá efecto". 

Para que un despido sea válido, por tanto, la empresa deberá acreditar que cumple con estos requisitos, algo que no siempre puede demostrarse con un correo electrónico. De hecho, aunque el correo vaya acompañado de una carta en la que se expongan las razones del cese de la actividad del empleado y la fecha en la que se hará efectivo su despido, tampoco resultaría del todo válido, ya que se puede dudar tanto de su autenticidad como de la del emisor del email. 

En caso de no poder demostrar que se cumplen con los objetivos, el despido será considerado improcedente por un incumplimiento de los requisitos formales, y la compañía estará obligada a indemnizar a su empleado, ya sea readmitiéndole en la empresa o con una compensación monetaria. 

Por eso, lo mejor para no entrar en problemas legales, es comunicar estos despidos por burofax o de manera presencial. En caso de que hayas recibido un correo comunicándote el cese de tu actividad, no obstante, se recomienda que sigas acudiendo a tu puesto de trabajo para que la empresa no pueda alegar que has incurrido en un incumplimiento contractual. Y si insisten en dar el despido por válido, la empresa deberá entregarte la carta de despido. Una vez la recibas, dispondrás de un plazo de 20 días hábiles para demandar a tu empleador, en caso de que no estés conforme con la decisión.