A pesar de los innegables avances de las últimas décadas, las mujeres siguen ocupando muchos menos puestos de responsabilidad en las empresas que los hombres. Es cierto que su trabajo cada vez está mejor remunerado y desempeñan funciones directivas con mayor frecuencia, pero ellos continúan representando el 70% de los cargos de liderazgo, ostentando posiciones que van desde la dirección hasta la presidencia ejecutiva. Y solo el 12,1% de las presidencias en los consejos de administración del Ibex-35 están ocupadas por mujeres, según el INE.

Existe un techo de cristal que sigue impidiendo una presencia mayoritaria en la toma de decisiones empresariales, algo que corrobora un estudio de Cvapp que revela que los diez nombres más frecuentes en roles de liderazgo de España corresponden exclusivamente a hombres. Mediante un análisis detallado de 3.902 perfiles de LinkedIn en España, la plataforma ha querido explorar cómo las disparidades de género siguen presente en los roles de mayor responsabilidad y autoridad.

Así, si te llamas Jose (o José) tendrás muchas más probabilidades de llegar a un puesto de liderazgo en España, pues ese es el nombre más exitoso en el ámbito empresarial, con 138 apariciones en la investigación, seguido por Juan (121 apariciones) y Javier (82). Los primeros 13 nombres más repetidos en la lista son de hombres (David, Carlos, Antonio, Miguel, Pablo, Luis o Alberto), lo que subraya una realidad ineludible: la representación de género en los puestos de liderazgo está lejos de ser equitativa.

Los nombres más comunes entre los puestos de liderazgo no solo dominan las listas, sino que, en conjunto, suman más que el total de mujeres que ocupan estos cargos de alta responsabilidad. Es decir, hay más directivos llamados Jose y Juan que mujeres directivas.

En el caso de los nombres de las mujeres, la tradición también tiene gran importancia. María es el nombre más común entre las directivas españolas, con 34 apariciones en el estudio. Por detrás, se encuentran Ana (con 33 apariciones), Laura (32 apariciones) o Marta y Cristina (ambas con 30 menciones). El ranking lo completan las Patricia, Sara, Beatriz, Eva o Isabel.

Explorar la remuneración económica de los puestos de liderazgo también es fundamental para entender cómo se valora y recompensa el éxito profesional en el entorno corporativo.

Estos datos no representan a la totalidad de las compañías ni son aplicables a todos sus empleados, pero sí ofrecen una perspectiva de los salarios promedio en cargos de liderazgo, mayoritariamente desempeñados por hombres. De hecho, el salario medio anual de ellas tendría que incrementarse un 19,6% para igualar el de ellos. Además, una de cada cuatro trabajadoras en España gana el salario mínimo interprofesional (SMI) o menos, corroborando que la precariedad salarial afecta desproporcionadamente a las mujeres en el país.