Tengo 50 años y soy autónomo: guía práctica (y 100% legal) para mejorar mi futura pensión
Desde 2026 la base reguladora se calculará según las cotizaciones de los últimos 25 años de vida laboral (o los mejores 27 años dentro de los últimos 29)
Aumentar las cotizaciones o compatibilizar trabajo y pensión pueden mejorar tus finanzas en la jubilación
La mayoría de los autónomos veteranos se preocupan por su futura pensión. De media, son 600 euros inferiores a la de los asalariados. En septiembre, la pensión media de un autónomo estaba en 1.010 euros, lo que no es para tirar cohetes. Aunque hayas pasado ya de los 50 todavía estás a tiempo de actuar para mejorar tus futuras finanzas. En este artículo te explicamos tres palancas que puedes activar para mejorar la próxima pensión unos cientos de euros al mes: la cotización, compatibilizar trabajo y pensión, y ahorro privado.
Ajustar la cotización
Empieza a cotizar por lo máximo que puedas permitirte. Recuerda que la base reguladora de tu pensión se calcula según las cotizaciones de los últimos 25 años de vida laboral (o de los 29 últimos desechando los dos peores). Desde 2023 la cotización de los autónomos depende de la facturación. Pero hay un máximo y un mínimo en cada tramo de ingresos. Por ejemplo, si facturas 2.000 euros al mes, puedes pagar de autónomos entre 370 euros de mínima, hasta 621 euros de máxima. Según el simulador de pensiones de la Seguridad Social Importass, si los últimos 15 años de carrera se aumenta la base reguladora en 300 euros, la pensión futura ascenderá unos 380 euros al mes. Cada caso es distinto, en función de la carrera de cotizaciones, pero la proporción puede darnos una idea de lo importante que es cotizar más ahora para vivir mejor mañana.
Otra cosa que debes hacer es evitar las “lagunas” de cotización. En los autónomos, los meses sin cotizar computan como cero al calcular la pensión (no se “rellenan” con bases mínimas como en los asalariados), así que conviene mantenerte el alta o, si pausas la actividad, suscribir un Convenio Especial para seguir cotizando por la base que puedas permitirte. Para suscribir el Convenio se pide haber cotizado 1.080 días en los 12 años anteriores a la baja.
Trabajar más
Otra forma de aumentar la futura pensión es seguir trabajando, aunque puedas jubilarte. Cada año que trabajes de más aumentarás un 4% tu pensión. Por ejemplo, si tu base reguladora es de 2.000 euros y trabajas un año más, tu pensión aumentará 80 euros al mes. Y si lo haces dos años más, aumentará en 163 euros al mes. Además, con la nueva regulación, si trabajas 6 meses adicionales, la pensión sube otro 2%. Por ejemplo, si trabajas dos años y medio de más, tu pensión final será un 10% más alta. En el caso del ejemplo, pasarías de tener una pensión de 2.000 euros a una de 2.200 euros al mes.
Trabajar y cobrar pensión
Además, si ha pasado un año desde que tuvieras derecho a jubilarte puedes pedir la jubilación activa, que te permite cobrar parte de la pensión y trabajar a la vez. Si demoras un año el acceso a la jubilación, podrás cobrar el 45% de la pensión a la vez que el sueldo por tu trabajo; si lo haces dos años, cobrarás el 55% de la pensión; tres, el 65%; cuatro, el 80%; y cinco, el 100%. Pero, además, la norma dice que “el porcentaje que resulte de la escala anterior se incrementará 5 puntos porcentuales por cada 12 meses ininterrumpidos que permanezca en la situación de jubilación activa, con el máximo del 100% de la pensión”. Es decir, que se podría llegar a cobrar el 100% de la pensión, si trabajas cuatro años de manera ininterrumpida tras acceder a la jubilación activa.
La jubilación activa es compatible con la jubilación demorada, esto es, puedes trabajar y aumentar tu pensión futura un 4% por año, mientras cobras parte de tu pensión reconocida previamente a acceder a la jubilación demorada. El plus de demora se cobrará cuando accedas a la jubilación definitiva.
Jubilación reversible
El Gobierno está trabajando en una nueva regulación que favorezca volver a trabajar después de haberte jubilado. La llamada jubilación flexible, que ahora también se llama jubilación reversible, es aquella en la que un jubilado puede reincorporarse al trabajo de forma parcial, compatibilizando parte de su pensión con un salario.
El borrador actual establece que la jornada debe situarse entre el 40% y el 80% de una jornada ordinaria. Dentro de esa franja, si se trabaja entre el 60% y el 80%, la pensión se incrementa en un 20%; mientras que, si la dedicación es del 40% al 60%, la mejora será solo del 10%.
En principio el borrador establece que los jubilados “flexibles” no hubieran estado dado de alta en el RETA en los cinco años previos a su retiro. Para este colectivo, la mejora prevista era del 20% de la pensión, que podría compatibilizarse con los ingresos de autónomo. Los sindicatos, no obstante, piden que, si se aumentan los porcentajes de mejora para los asalariados, se apliquen también a los autónomos, y que se rebaje a los últimos 4 años el requisito de no haber estado dado de alta en el RETA. Aunque no parece que esta fórmula vaya a tener mucho éxito entre los autónomos, también hay que considerarla como medio de aumentar la futura pensión.
Planes de pensiones
La tercera palanca que puedes activar ya para mejorar tu economía de jubilación es el ahorro privado. Para los autónomos se han creado recientemente los Planes de Pensiones de Empleo Simplificado (PPES), que permiten aportar hasta 4.250 euros anuales adicionales al límite general. Combinado con un plan individual, cuya máxima desgravación es de 1.500 euros, puedes llegar a deducirte en la declaración de la renta 5.750 euros al año. Es una buena fórmula de ahorrar y reducirse impuestos, quizá cuando tienes más posibilidades de ahorro, ya que pasados los 50 la hipoteca pesa menos en la economía familiar.
