Jubilación

El síndrome del "jubilado fantasma": cómo volver a ser el protagonista de tu vida sin sentirte invisible

La jubilación también trae sentimientos negativos
La jubilación también trae sentimientos negativos. Freepik
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La jubilación es una etapa que muchos trabajadores esperan con gran entusiasmo, pero que acaba por traer complicaciones adicionales a una vida de tranquilidad en la que se espera que sean otros los pilares. Más allá del supuesto descanso, los viajes, la dedicación a hobbies o pasar más tiempo en familia, otras personas no experimentan esta etapa de la misma manera y se acaba complicando la cosa con sentimientos negativos, como invisibilidad o falta de propósito. Todo ello puede dar lugar a lo que se podría denominar como “síndrome del jubilado fantasma”.

¿Qué es el síndrome del "jubilado fantasma"?

Lejos de ser un término médico oficial, el “síndrome del jubilado fantasma” es una expresión que recoge una realidad compartida por muchas personas: una vez fuera del circuito laboral, comienzan a sentirse invisibles para la sociedad y, en ocasiones, para sus propios círculos cercanos, con una creciente sensación de pasar desapercibido o de perder relevancia social y personal tras dejar el mundo laboral. Este síndrome puede manifestarse a través de síntomas como la baja autoestima, la pérdida de motivación, el aislamiento social, la tristeza e incluso la depresión.

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Hay una amplia variedad de factores que pueden incidir en la aparición de estas sensaciones en las personas jubiladas. Uno de ellos, prácticamente el principal, es la pérdida de rol y propósito que se ha perdido con el adiós al mundo laboral. Durante décadas, el trabajo da estructura y sentido a la vida. Al dejar de tener responsabilidades cotidianas, muchas personas se sienten desorientadas, como si su identidad estuviera ligada únicamente a su profesión.

Tampoco podemos obviar que, al llegar a la etapa de jubilación, cuando se pierde esa sensación de validación que aporta el oficio, muchas personas ya en la tercera edad pueden tener una sensación de desconexión generacional. Cuando se deja de interactuar con personas de distintas generaciones en el entorno laboral, pueden surgir barreras para integrarse en contextos sociales nuevos (o incluso familiares).

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Por último, comienzan a entrar en juego los estereotipos sociales que te da la nueva condición de jubilado. La sociedad a menudo asocia la jubilación con pasividad o falta de capacidad productiva, lo cual refuerza la sensación de ser “invisible” para lo que se siente que la propia sociedad espera de nosotros o, peor todavía, una carga para el conjunto de humanos.

Claves para volver a ser el protagonista de tu vida

Superar el síndrome del "jubilado fantasma" implica un proceso de autodescubrimiento y adaptación a las nuevas circunstancias. Los expertos aconsejan seguir ciertas estrategias y recomendaciones concretas para recuperar el sentido de protagonismo y combatir la invisibilidad.

  • En primer lugar, es clave redefinir tu identidad. Tu valor trasciende tu ocupación laboral, así que empieza a descubrir cuál es tu nuevo yo. Haz una lista de tus pasiones, talentos y conocimientos, y explora actividades en las que puedas canalizarlos. El voluntariado, el arte, la enseñanza y el emprendimiento son vías excelentes para expresar tu identidad fuera del ámbito profesional.
  • Mantén la mente activa. Esta nueva etapa de la jubilación es la ideal para mantener la mente ocupada y, a la par, aprender cosas nuevas: desde idiomas o instrumentos musicales hasta disciplinas como la jardinería, la fotografía o la informática. El aprendizaje continuo no sólo mantiene la mente en forma, sino que también favorece la autoestima y la integración social.
  • Fortalece los vínculos sociales. Sabemos que puedes haber perdido la relación diaria con tu grupo de compañeros de trabajo, pero trata de compensarlo buscando participar en grupos, asociaciones o clubes que compartan tus intereses y aficiones. El contacto regular con otras personas ayuda a combatir el aislamiento y a construir una red de apoyo emocional para mejorar tu bienestar emocional.
  • Cuida la salud física y emocional. El ejercicio regular, una alimentación equilibrada y la práctica de la meditación o el mindfulness contribuyen a mantener el cuerpo y la mente sanos. Si los sentimientos de tristeza o ansiedad persisten, busca apoyo profesional. La terapia puede ser una herramienta valiosa para elaborar el duelo por la etapa que termina y diseñar un proyecto de vida renovado.
  • Fija nuevos retos y proyectos. La jubilación no significa el fin de la vida, sino el inicio de una nueva etapa donde puedes elegir tus propias metas. Puede que te hayas planteado ciertos desafíos que parecían utópicos, como escribir un libro, viajar a un lugar soñado, aprender a bailar, o emprender un pequeño negocio. Plantea objetivos realistas adaptados a tus circunstancias y puede que sean la fuente de motivación y el nuevo sentido de propósito que estabas buscando.

Ten claro que no todo depende de ti. La sociedad también tiene deberes, como revalorizar el papel de las personas jubiladas. Es clave transformar la percepción social sobre la jubilación. Las personas que han dejado atrás su etapa laboral siguen siendo ejemplos de sabiduría, experiencia y capacidades valiosas. Promover espacios donde las personas jubiladas puedan compartir sus conocimientos, servir de mentores para jóvenes o participar en iniciativas comunitarias, no sólo combate la invisibilidad individual, sino que enriquece a toda la sociedad haciendo que todas las personas –jubiladas o no– puedan sentir que son útiles para el resto.