Transferencias tipo nómina: qué son y cómo se hacen

  • Las transferencias tipo nómina cuentan con un protocolo concreto: descubre qué son y por qué se usan

Cuando recibimos el ingreso de una nómina en nuestra cuenta bancaria, lo que estamos recibiendo no deja de ser una transferencia, solo que con características distintas. Se suele hablar de ella como una transferencia tipo nómina o transferencia de nómina, y domiciliarla en una cuenta bancaria concreta puede darte acceso a determinadas ofertas y a mejores condiciones. ¿Cómo se hace una transferencia de nómina y en qué consiste exactamente? ¿Quiénes pueden hacerla?

Cómo se hacen las transferencia tipo nómina

Las transferencias tipo nómina sirven, entre otras cosas, como motivación para las entidades de cara a ofrecer a sus clientes productos concretos a cambio de domiciliar su nómina en una cuenta determinada. Es una buena fórmula para evitar comisiones , como los de mantenimiento de cuenta o de tarjetas. La lógica es que la cuenta en la que se domicilia la nómina suele ser aquella que más se utiliza, y donde se domicilian los gastos más frecuentes (luz, agua, teléfono, internet...) Se trata de mejorar la vinculación del cliente y, en definitiva, 'atarlo' a la entidad. De ahí que muchas ofertas bancarias tengan como requisito traer la nómina a la nueva cuenta.

Sin embargo, para que una transferencia se considere tipo nómina es necesario que cumpla ciertos requisitos y no basta con indicarlo en el concepto del movimiento. Tal y como recoge Ahorro Capital, la transferencia nómina viene especialmente codificada y es fruto de un procedimiento normalizado que aceptan y reconocen todas las entidades bancarias. Aquí surge el concepto de Norma 34, un formato de fichero estándar para la realización de transferencias nomina. Así, es posible comprobar que el dinero que se te ingresa procede del pagador de la empresa para la que trabajas.

Para poder hacer una transferencia tipo nómina por ti mismo basta con que consultes a tu entidad la forma de hacerlo y que exista un receptor (alguien contratado que vaya a recibir un salario). Para ello, usarás el mismo protocolo que usan las empresas, que se aplica también a los profesionales autónomos, aunque no tengan CIF. La entidad con la que trabajes dará de alta un emisor de nómina, con el que podrás ordenar las transferencias de nómina que desees. Todas las entidades ofrecen esta posibilidad, y algunas bancas electrónicas te dan incluso la opción de elegir el tipo de transferencia sin más trámites.

Hay quien decide crear nóminas propias, moviendo dinero de una cuenta personal a otra con el fin de acceder a determinadas ofertas. De hecho, hay bancos que están dispuestos a admitir estos movimientos como válidos para acceder a un contrato de 'cuenta nónima', especialmente en el caso de profesionales autónomos.