Subida de salarios como política de salud pública. Es la vuelta de tuerca que dan al debate sobre las renta de los trabajadores los científicos de la Universidad de Atlanta (Georgia, Estados Unidos). Expertos en epidemiología han estudiado los datos de 50 estados desde 1990 hasta 2015 y concluyen que pequeños incrementos salariales pueden salvar vidas.
Subir un dólar (90 céntimos de euro) la remuneración por hora trabajada puede reducir hasta un 5,9 % la tasa de suicidios. El éxito se concentra entre la población más vulnerable: la que cuenta, como máximo, estudios de secundaria y tienen "efectos preventivos del suicidio más importantes durante los periodos con desempleo más alto", aseguran los autores, y también cuando las tasas de desempleo alto se prolongan durante mayor tiempo y los trabajadores tienen más posibilidades de trabajar en precario.
Las tasas de suicidio en Estados Unidos son toda una preocupación nacional porque solo las superan, en el mundo, Japón y Finlandia. Según los autores del estudio, Efectos del incremento del salario mínimo sobre la tasa de suicidios, desde 2009 se habrían evitado 13.800 suicidios.
"Las políticas diseñadas para mejorar la calidad de vida de los individuos con menos educación, los que son más susceptibles de trabajar con salarios más bajos y que padecen un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental, pueden reducir el riesgo de suicidio", han dicho los investigadores en un comunicado. Según la investigación, los suicidios disminuían más cuanto más tiempo llevaba la subida en vigor porque los trabajadores tenían tiempo a disfrutar de los beneficios de la medida.
En España se producen una media de 10 suicidios al día. Los especialistas son muy cuidadosos a la hora de vincular los incrementos de tasas de suicidio a un único factor porque son varios las causas que confluyen cuando se materializa. Sin embargo, según Eurostat: "La tasa europea de mortalidad por suicidio disminuyó en 1,4 % por término medio entre 2000 y 2010 "pero esta tendencia no ha sido homogénea". Casi duplicó esta cantidad entre 2000 y 2007, cuando cayó un 2,5%. Sin embargo, "los suicidios crecieron notablemente durante 2008 (un 2 %) y 2009 (un 3 %), aunque volvieron a caer en 2010.
El crecimiento de las tasas de mortalidad por suicidio que se ha producido desde 2007 ha afectado mayoritariamente a los hombres, lo que, para Eurostat "potencialmente refleja el efecto de la crisis económica en el desempleo".