No solo es Huawei: La tensión entre EEUU y China lleva a la OCDE a recortar previsiones

  • El organismo recorta al 3,1% la previsión del PIB mundial

  • OCDE dará a conocer este martes nuevas previsiones macroeconómicas

La incertidumbre originada por las tensiones comerciales entre EEUU y China y el efecto contagio hacia otras economías han llevado a que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recorte al 3,1% su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial desde el 3,9% que el organismo anticipó hace un año.

"Estábamos en medio de una recuperación cuando comenzaron a tomarse todas estas decisiones sobre el comercio y no solo ahogaron la recuperación, sino que produjeron una ralentización y el potencial para un daño mayor está ahí presente", apunta el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, en una entrevista con la cadena estadounidense CNBC. Advierte de que "las tensiones están aumentando y el problema del efecto contagio está haciéndose cada vez más evidente". La OCDE publicará este martes sus nuevas previsiones macroeconómicas.

"La incertidumbre es el mayor enemigo del crecimiento. Es un escenario muy malo actualmente y una gran fuente de preocupación", admite el azteca, añadiendo que esta situación de desconfianza lastra la inversión y el consumo de los hogares.

En este sentido, Gurría ha apuntado que las tensiones comerciales entre EEUU y China tienen otras derivadas como las tensiones en el plano tecnológico, como sucede con la compañía china Huawei, apuntando que esto no solo está generando "una grave división entre EEUU y China, sino entre EEUU y otros países que desean usar la tecnología y colaborar con China".

"Debe haber un acuerdo comercial. Todo el mundo está saliendo perdiendo y si se aumentan las tensiones será peor para todos los involucrados", advierte el secretario general de la OCDE.

A principios de mayo, EEUU decidió elevar del 10% al 25% los aranceles aplicados a productos chinos importados por valor de 200.000 millones de dólares (177.615 millones de euros), lo que provocó que China elevase a su vez los aranceles impuestos sobre parte de los 60.000 millones de dólares (53.284 millones de euros) en productos importados desde Estados Unidos que previamente ya habían sido gravados.