Antes de nada, hay que recordar que se trata de un galardón y un sistema de certificación de la calidad ambiental que otorga anualmente la Fundación Europea de Educación Ambiental a las playas y puertos que cumplen una serie de condiciones ambientales e instalaciones, como la calidad de las aguas, información ambiental, gestión, seguridad, servicios e instalaciones.
Calidad de las aguas
Deben cumplir unos requisitos y estándares de una calidad excelente, con total ausencia de vertidos industriales u otras sustancias contaminantes o basuras que puedan afectar a la salud o al entorno.
Información y educación ambiental
La información sobre los ecosistemas litorales, espacios naturales sensibles y especies protegidas de esa zona concreta debe estar expuesta al público, de manera actualizada, así como sobre la calidad de las aguas, sobre la Campaña Bandera Azul y las normas de utilización de la playa.
Gestión ambiental
La playa debe cumplir con las normativas aplicables a su espacio físico y a las actividades desarrolladas en ella. Así, como contar con una correcta limpieza, con sanitarios adecuados limpios y el buen mantenimiento y apariencia de los edificios y servicios de la playa.
Servicios e instalaciones
Debe haber presencia de socorristas titulados en la playa durante la temporada de baño, con un equipo de primeros auxilios fácilmente identificable y accesible. Si existen espacios protegidos deben estar claramente señalizados, así como las zonas específicas para actividades diferentes al baño como surf, embarcaciones, patines acuáticos… También debe haber accesos fáciles y seguros y, al menos, un punto de agua potable en la playa.
Pues bien, todo esto es lo que cumple la playa Virgen de la Nueva, situada en el pantano de San Juan, en la capital madrileña, puesto que ha obtenido el galardón de la Bandera Azul, junto a otras 695 playas españolas que mantienen a la península en el primer puesto del ranking mundial.