Yucatán y Quintana Roo, los estados más afectados de México por el paso del huracán Delta, están teniendo un año complicado. Se trata de una zona turística con playas tan famosas como las de Cancún, por lo que la crisis del coronavirus y el destrozo que han dejados los vientos de la tormenta están costando millones a la región. Llegó con menos fuerza de la que se esperaba y por suerte no se han reportado muertos, pero Delta se fortalecerá ahora rumbo a Luisiana, Estados Unidos.
Se han reportado barcos varados, playas destrozadas y carreteras cortadas en la Península de Yucatán. Además muchos hogares se quedaron sin electricidad durante horas y puertas y ventanas de muchas casas no resistieron los vientos de 175 km/hora de Delta.
No obstante, el huracán perdió fuerza justo antes de tocar tierra, lo cual ha supuesto la salvación para el sureste de México. Incluso se han restablecido las conexiones al completo en el aeropuerto internacional de Cancún, según ha contado en rueda de prensa el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Eso sí, muchos hoteles de la zona han quedado dañados y algunos de los 32.000 turistas que fueron desalojados por precaución tendrán que ser reubicados en refugios y albergues.
A medida que el huracán viaja por el Golfo de México rumbo al sur de Estados Unidos, se está intensificando de nuevo. “Con una burbuja de agua algo más cálida y una menor cizalladura del viento en su camino, se espera que Delta continúe fortaleciéndose hasta el jueves por la noche”, publica ‘The Weather Channel’.
Se prevén inundaciones por marejadas ciclónicas “que amenazan la vida”, según el Centro de Huracanes, vientos dañinos y lluvias fuertes desde Luisiana y el este de Texas hasta Mississippi.