Mega incendios climáticos: los nuevos desastres climáticos a causa del calentamiento global

  • Descubre qué son los mega incendios climáticos y cuáles han sido los más sonados de los últimos años

De un tiempo a esta parte se ha comenzado a hablar acerca de un nuevo fenómeno fruto del cambio climático: los mega incendios climáticos o incendios de sexta generación. Este concepto, lejos de responder a una exageración popular o mediática, ha sido acuñado y adoptado por los técnicos de este sector. Así, recientemente el propio Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales (COITF) ha hecho referencia a ellos y a las consecuencias devastadoras de su aparición. ¿Que son los mega incendios climáticos y qué se puede hacer para evitar su normalización?

Mega incendios climáticos: concepto y consecuencias

Tal y como asegura el COITF, los mega incendios climáticos se están produciendo con "más frecuencia e intensidad" en todo el Planeta, con una característica en común: son incendios forestales fuera de capacidad de extinción. Así, aseguran que "hoy por hoy no existen ni medios técnicos ni humanos, a nivel cuantitativo y cualitativo, que puedan enfrentarse y apagar un incendio forestal de estas características, y la ciudadanía lo tiene que saber".

Se trata, por tanto, de incendios muy peligrosos para las personas y el clima, ya no solo por su extensión, sino porque cada vez más afectan a urbanizaciones o poblaciones rodeadas de vegetación (incendios en interfaz urbano-forestal). En este sentido, la misma institución recuerda que los incendios en Australia ya han calcinado más de 10 millones de hectáreas (superficie similar a la que tienen países como Portugal o Islandia) en el primer mes del verano de 2020, y que solo en 2019 han ardido más de 5 millones de hectáreas en Bolivia, 3 millones de hectáreas en Rusia (en la taiga de Siberia) y más de 2,5 millones de hectáreas en la Amazonía brasileña.

A esta superficie hay que añadir otros muchos casos:

  • Casi otro millón de hectáreas fueron devastadas en los incendios forestales de 2018 y 2019 en California (Estados Unidos), con 93 muertos, más de 25.000 viviendas destruidas y pérdidas económicas que superan los 23.000 millones de euros.
  • En 2016, en Canadá, ardieron 204.000 hectáreas y en la región del Maule (Chile) otras 570.197 hectáreas, donde el incendio forestal llegó a arrasar 8.000 hectáreas en menos de una hora.
  • En julio de 2018, en las zonas costeras de Ática, en Grecia, el fuego causó al menos 100 muertes. Fueron los incendios más mortíferos en afectar a Grecia desde que en 2007 se quemara el sur del Peloponeso, donde murieron 84 personas.
  • Portugal cerró 2017 con casi medio millón de hectáreas carbonizadas por los incendios que se desencadenaron en el centro y norte del país, los más devastadores de su historia reciente y en los que murieron 109 personas, donde uno de los focos principales aniquiló 8.300 hectáreas en solo una hora y media.
  • En España, el caso más reciente se ha producido en Gran Canaria, en 2019, donde ardieron unas 12.000 hectáreas de gran valor ambiental.

¿Cómo combatir los mega incendios?

La solución para combatir este tipo de incendios, más agresivos, rápidos e incontrolables, pasa necesariamente por "escuchar a los que saben y cambiar de manera radical las políticas y modelos de gestión forestal”, tal y como asegura el Colegio. El foco debe estar, según esta institución, en aumentar la resistencia al fuego de las masas forestales y adaptarla a los cambios que se avecinan, además de recuperar la vegetación quemada, ya que la pérdida de sumideros de CO2 es un aspecto crítico que supone más del 75 por ciento en pérdida de secuestro de carbono.

Otra posibilidad es dotar con refugios antiincendios a las viviendas con un alto riesgo, incentivar las quemas prescritas para reducir la carga de biomasa (combustible) y evitar la continuidad paisajística del territorio con áreas cortafuegos, tratamientos selvícolas perimetrales. La sensibilización ciudadana es también u elemento clave, así como impulsar actividades productivas sostenibles que eviten el abandono de las zonas rurales.

Una última (pero igual de importante) medida sería promover una Conferencia de Naciones Unidades sobre los Incendios Forestales en el Mundo, sus consecuencias a nivel global y la adopción de las medidas necesarias que propicien el compromiso político y apuestan por la gestión sostenible de los bosques y ecosistemas forestales, donde se concentra casi el 80 por ciento de la biodiversidad del planeta.