Una ola de calor con 45ºC complica los incendios en el sur de Australia

  • Los avisos por ola de calor han estado vigentes en casi todos los estados australianos

  • Los bomberos luchan contra múltiples incendios en Adelaida, en el sur del país

  • En los próximos días las lluvias y una bajada del termómetro ayudarán a la extinción

Un verano más, Australia se enfrenta a una ola de calor y de incendios que pone en riesgo a la población de varios de sus estados. Una masa de aire cálido se adentró la semana pasada y, aunque las temperaturas ya han empezado a bajar, se han registrado valores cercanos a los 45ºC y los bomberos luchan sin descanso en Adelaida contra el fuego.

El sureste de Australia ha pasado un fin de semana sofocante. Pese a que las cosas van mucho mejor allí en lo que respecta al coronavirus, muchos ciudadanos no han podido salir a la calle por la dificultad para respirar que ha planteado el humo que invadía el aire, cargado de cenizas y otras partículas.

Dos casas se han visto seriamente dañadas y no se han reportado víctimas, aunque el miedo a una oleada de incendios como la del año pasado persiste. Durante el bautizado como el ‘Verano Negro’ murieron 33 personas por las llamas y miles de millones de animales nativos vieron su hábitat arrasado. Fue sobre todo en Nueva Gales del Sur.

El calor empieza a remitir

En este estado y en Victoria, Australia occidental, Queensland y una pequeña parte del ‘Territorio del Norte’ y de la isla de Tasmania, los avisos han estado vigentes hasta el lunes. Ahora se han reducido a una región más reducida, aunque todavía afectan a buena parte del país. Por su parte, el servicio forestal mantiene en alerta por el fuego varios puntos del cuadrante sureste.

El domingo fue el día más duro en Adelaida y Sídney, donde el termómetro no bajó de los 40ºC, mientras que el mayor riesgo este lunes venía dado por el viento, ha comunicado en Twitter el servicio de emergencias de Victoria.

En los próximos días las lluvias y una bajada de hasta 10ºC del termómetro ayudarán a extinguir los focos de incendios todavía activos.