18,5 millones de personas se quedan sin bares y restaurantes: hablar, fumar y quitase la mascarillas, letal

  • 7 comunidades autónomas decretan el cierre de toda la hostelería

  • Es una de las medidas para frenar la ola de coronavirus

  • Los expertos tienen claro que hablar, fumar y quitarse la mascarilla son letales

Quitarse la mascarilla para comer, fumar, hablar a voces, no guardar la distancia y acabar tocando más de la cuenta. La hostelería sigue viéndose como el chivo expiatorio del virus. Pero los expertos ponen encima de la mesa los escenarios de contagio y coinciden. Así que el tsunami a la hora de cerrar bares es imparable. Como ocurrió con el toque de queda una comunidad tras otra toman la misma decisión. Ya van siete. Así que 18,5 millones de personas se quedan sin bares y restaurantes en las próximas semanas. El café con amigos ya se toma de pie, en la calle y rápido en Castilla y León.

No queda otra. Las reuniones en bares y restaurantes, hay consenso entre los científicos, son uno de los principales focos de contagio. Nos relajamos y el virus gana. Los especialistas que tratan de frenar el coronavirus lamentan que se haya instalado el "dogma" de que la transmisión de enfermedades por aerosoles es secundaria, cuando la evidencia científica ofrece pruebas de casos de contagios por compartir espacios cerrados, como señaló un estudio de los autobuses de China. Así lo ha afirmado el bioquímico José Luis Jiménez, experto en aerosoles de la Universidad de Colorado -Boulder-.

Muchos son los críticos con estas decisiones por el daño irreparable que supone para la economía y para quienes se quedan en paro. Sin embargo, la viróloga Margarita del Val advierte en una entrevista de que bares y restaurantes son "uno de los lugares más peligrosos" para la expansión del coronavirus. Del Val, investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explica que "la falta de una buena ventilación en muchos locales y de distancia de seguridad entre quienes comparten mesa, así como la no utilización de mascarillas mientras los clientes beben o comen, son algunos de los factores de ese riesgo". Siento decirlo -admite- pero son unos de los lugares más peligrosos.

Por eso en Galicia, con la amenaza del colapso en las uci, piden disculpas y también ordenan el cierre. Bares y restaurantes sirven sus últimos platos de marisco. Desde este viernes y durante un mes cerrará todas las actividades no esenciales, incluida la hostelería y confinará perimetralmente 60 municipios. Entre ellos figuran las siete ciudades gallegas y sus zonas de influencia, así como 17 localidades más pequeñas con altos índices de contagio.

En el País Vasco, cerrojazo contundente y sin tiempo de reacción. Llevan meses adaptándose a la pandemia, pero no es suficiente y por eso, se cierra. Desde este viernes y durante al menos dos semanas, los restaurantes y la hostelería de la Comunidad permanecerán cerrados al público, sólo con servicio para llevar o a domicilio. En Madrid, el cierre de la hostelería se mantiene a las 0.00 horas como máximo, siendo las 23.00 horas la última hora en la que se pueden acoger clientes. Además, el aforo está limitado al 50% en interior y al 75% en terraza, con el servicio en barra prohibido.

En Cataluña se mantienen cerrados los locales de restauración. En Asturias, desde el miércoles también permanecen cerrados todos los locales comerciales, de restauración y los de servicios no esenciales durante al menos dos semanas. En Cantabria, queda prohibido el consumo en el interior de los establecimientos de hostelería de modo que el público solo podrá estar en las terrazas, aunque se podrá coger comida para llevar. En Navarra permanece el cierre de toda la hostelería y la restauración, aunque se amplía hasta las 22:30 horas el servicio de reparto y entrega de comidas previo encargo, que ahora finaliza a las 21:00 horas, y sigue sin cambios el aforo del 40% que deberán "garantizar" los responsables de los establecimientos. En Murcia, los negocios hosteleros echarán el cierre este sábado y durante las próximas dos semanas. Las CCAA deciden poco poco que, quedarse sin cañas y sin tapas es lo adecuado para frenar la segunda ola.