Unos minutos después del atropello masivo en La Rambla, cuyo presunto autor Moussa Oukabir continúa huido, en medio del caos y el miedo, un policía acoge y calma en sus brazos a un niño. Su cochecito apareció destrozado en la acera tras el atentado en Barcelona. Mientras tanto, el resto de agentes, socorría a su madre y a otros heridos que se encontraban tirados en el suelo.