A Harry, de 720 kilos de peso y 4,9 metros de largo, se le ofreció en la ciudad de Darwin, en el norte de Australia, dos esqueletos de pollo: uno con la fotografía de Gillard y otro con la del candidato conservador, Tony Abbott, según la emisora de radio ABC.
Después de cinco minutos de mostrar aparente desinterés, el saurio devoró el esqueleto de pollo con la imagen de la actual primera ministra.
Los australianos también preguntaron a Harry el mes pasado el ganador del Mundial de Fútbol y se decantó por España.
En Australia es habitual desde hace décadas que se utilicen a cocodrilos u otros animales como oráculos para conocer el resultado de las carreras de caballos, los números de la lotería o el ganador de las elecciones.