La erupción volcánica de Cumbre Vieja deja un rastro de destrucción, incertidumbre e impotencia en la población del Valle de Aridane que aflorará con toda su crudeza en la celebración de las próximas navidades que van a ser las "más duras" y "excepcionales" de las últimas décadas en la isla.
La psicóloga del Colegio de Santa Cruz de Tenerife, Mariana Monterrey, que trabaja en primera línea con damnificados del volcán, expone a Europa Press que perciben una "pérdida de ilusión" en El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte pero entienden que hay que tratar de "normalizar" la situación y admitir que es lógico que estén "tristes".
"Trabajamos en que se desahoguen y se expresen, decorar algo si pueden, sobre todo si hay niños pequeños en la familia y que se apoyen en las instituciones porque los ayuntamientos están ayudando a que ningún niño se quede sin regalo", indica.
Monterrey comenta que hay que "arroparse mucho en la familia" y aceptar que en la vida suceden circunstancias que no se pueden aceptar "pero poniendo el foco" en lo que se tiene, "la vida, las personas, la familia, darle importancia e intentar disfrutar de conectar con la vida y la ilusión de seguir adelante".
Apela también a "relativizar" lo material sabiendo que "ya no está" pero agradeciendo las "vivencias" que hubo en esas casas.