En el día en que Madrid acoge la XXV Cumbre Mundial Climática (COP25), con un Pedro Sánchez que, como anfitrión, ha manifestado que España está lista para dar un paso al frente, cargando contra los que niegan la emergencia de abordar soluciones inmediatas, Vox ha salido al paso para denunciar el “alarmismo exagerado e infundado” sobre el cambio climático.
Ha sido Iván Espinosa de los Monteros, portavoz en el Congreso de la formación liderada por Santiago Abascal, quien ha advertido que “es muy peligroso para el empleo en España que haya un alarmismo” en esa materia, así como “que se atribuya al hombre cosas que no necesariamente está demostrado que produzcan ningún tipo de cambio climático”.
Lo ha dicho, precisamente, a su llegada al COP25, que ha iniciado este lunes y se prevé que congregue a expertos de todo el mundo y medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno durante 10 días para debatir cómo salvar a un planeta enfermo.
Para Vox, la urgencia no es tal. Reconocen que “el cambio climático existe”, pero subrayan que “probablemente viene por causas de naturaleza distinta” a la acción del hombre. Por eso, Espinosa recalca que se ha de “tener mucho cuidado con cómo se afronta”, considerando que “hay que tener muy en cuenta” a las “élites globalistas”: “Vienen en avión privado y son las que más daño pueden hacer a estos puestos tan importantes en nuestra economía”, ha apuntado.
El portavoz de la formación de Abascal ha querido dejar claro que “Vox es un partido conservacionista que siempre ha estado en preservar el medioambiente, pero también preocupado por nuestra agricultura, por nuestros pescadores y por todos aquellos que viven del mundo rural y que se ven muy afectados por este alarmismo climático que está causando mucho daño en su modo de vida”.
De hecho, Espinosa ha asegurado que algunas de las “consecuencias graves” que ello está provocando ya están presentes en la industria, citando como ejemplo la del automóvil. Para él y su partido, “intentar acabar” con la industria del automóvil y plantar la guerra al diésel puede tener consecuencias "nefastas" para España, pues “produce un 12% del Producto Interior Bruto”. En este sentido, llama a percatarse de que “hay cientos de miles de trabajos en peligro”, al igual que en el caso de la industria del transporte aéreo. El turismo, ha dicho, “supone un 15% del PIB”, mostrando su discrepancia al respecto de aquellos que insisten en rechazar el avión por ser un medio contaminante.