En 2016 los habitantes de la paradisíaca isla de Kauai, en Hawái, empezaron a quejarse de Mark Zuckerberg por el imponente muro que construía tras comprar varías hectáreas de tierra en la isla para la que suponía iba a ser su vivienda. Casi ocho años después se sabe que el multimillonario está construyendo un búnker casi a prueba de apocalipsis.

Ha sido la revista Wired quien se ha encargado de desvelar lo que Zuckerberg tiene pensado para sus 570 hectáreas de tierra, cuyo coste supera los más de 270 millones de dólares -100 millones de construcción y 170 millones solo del terreno- y que se localiza en la finca Ko’olau Ranch. 

El muro de más de 1.82 metros, que oculta la vista desde la carretera, la extrema seguridad y misterio que hay en la zona se suman a la intriga sobre la vida del creador de Facebook, no obstante, ha sido el propio Marck el que ha despejado alguna de esas lagunas. No sabemos si porque era el momento o porque sus nuevos vecinos empezaban a ponerse nerviosos con la idea de que el empresario tuviera una bola de cristal y fuera capaz de pronosticar el apocalipsis. 

En un primer post en Instagram, el empresario anunciaba que ha empezado a criar ganado wagyu y angus en la propiedad y que su objetivo es “crear una de las carnes de vacuno de mayor calidad del mundo”. En el texto explicaba que los animales tendrán una dieta a base de harina de macadamia y cerveza, ambas cultivadas y producidas en las instalaciones. "De todos mis proyectos, este es el más delicioso", escribía junto a una imagen en la que se le ve degustando el resultado de su esfuerzo y a otra de sus hijas cavando para plantar un árbol de macadamia.

Marck también dejaba claro que dentro de su complejo tiene todo lo que quiere y no necesita salir casi al exterior. El empresario bromeaba en su Instagram con un vídeo de su mujer entrando en el búnker, donde él estaba jugando a los videojuegos en una pantalla de cine. "Cuando tu mujer te pilla en el 'búnker”.

Marck Zuckerberg compró el complejo Koolau Ranch, de 566 hectáreas, en agosto del 2014 y desde entonces su idea es crear un complejo autosuficiente gracias a la generación de su propia energía y el cultivo de alimentos, además de construir un búnker subterráneo de 500 m2 con puerta a prueba de bombas, un espacio habitable y una escotilla de escape.

Según investigaciones de la revista Wired, la finca estaría casi terminada. En ella se alzan más de una docena de edificios que albergan las dependencias principales, con al menos 30 dormitorios y 30 cuartos de baño. Además de dos mansiones, del tamaño de un campo de fútbol profesional, con oficinas, salas de conferencias y una cocina de industrial. 

La tecnología también es uno de los fuertes del complejo, pues a muchas de estas estancias se entra accionando un código. Un túnel conectará supuestamente las dos residencias principales con el búnker y en un edificio cercano habrá un gimnasio, piscinas, sauna, jacuzzi, piscina de agua fría y pista de tenis. Además, en el extenso terreno, se han construido 11 casas en los árboles unidas por puentes colgantes que evitan que los huéspedes toquen el suelo al desplazarse de una estructura a otra.