Según la RAE, una infusión es una “bebida que se obtiene de diversos frutos o hierbas aromáticas, como té, café, manzanilla, etc., introduciéndolos en agua hirviendo”. Entre ellas destaca el té, bebida que se prepara con agua muy caliente y que está hecha con Camellia Sinensis, más conocida mundialmente como la planta del té.

Existen varios tipos de té: rojo, blanco, negro, verde… todos provienen de la misma planta, pero se diferencian en el proceso de crecimiento, de cosecha y de secado de la propia planta, y todo ello influye directamente en la textura, color y sabor del resultado final. 

El té verde es una de las infusiones estrella entre los que buscan mejorar su sueño y potenciar su salud mental. Un potente antioxidante que además de ayudar a nuestra memoria también es clave en el bienestar cognitivo. Este té contiene una alta concentración de catequinas, especialmente la epigalocatequina galato (EGCG), un potente antioxidante que protege las células cerebrales del daño provocado por los radicales libres.

Los radicales libres son moléculas inestables que pueden dañar las células cerebrales y afectar negativamente las funciones cognitivas, incluida la memoria. Al beberlo, ayudamos a prevenir este daño y a promover la salud cerebral a largo plazo.

Según un estudio publicado en el Journal of Nutrition, Health and Aging, las personas que consumieron té verde mostraron una mejora significativa en su memoria de trabajo, especialmente en tareas relacionadas con la retención y recuperación de información. Además, el té verde también es una fuente rica de flavonoides, que ayudan a aumentar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que permite una mejor oxigenación y nutrición de las células cerebrales, lo que optimiza su funcionamiento.

El té verde figura como una de las mejores infusiones para mejorar la calidad del sueño a diario, pues la L-teanina tiene la capacidad de aumentar las ondas cerebrales theta, que están asociadas con los ciclos de sueño profundo, aumenta la capacidad de relajación en el organismo y mejora los problemas para dormir. A diferencia de la cafeína, que afecta al descanso, el té verde actúa sin causar somnolencia durante el día, ayudando a mejorar la calidad del sueño nocturno. De esta forma, el consumo de té verde puede ser una excelente opción para quienes buscan un descanso reparador y mejorar su bienestar general.

Consumirlo por la mañana ayuda a aumentar la alerta y concentración gracias a su contenido de cafeína, sin ser tan intenso como el café.  Beber té verde a primera hora ayuda a activar el metabolismo, facilitando el control del peso y reduciendo el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Las catequinas del té verde mejoran la sensibilidad a la insulina, promoviendo un equilibrio metabólico más saludable desde la mañana. También puede tomarse después de las comidas para mejorar la digestión, ya que sus compuestos antioxidantes favorecen la salud intestinal.

Otra buena hora para disfrutar de una taza de té verde es por la tarde, sobre las 17:00. Este horario ayuda a mantener estables los niveles de energía, sin el riesgo de interferir con el sueño, gracias a su contenido moderado de cafeína. A esta hora, el té verde puede ser un aliado para reducir el estrés oxidativo y la inflamación, dos factores claves en la prevención de enfermedades crónicas.