Una de las muchas cosas que hay que agradecerle a la serie 'Adolescencia' es haber puesto sobre la mesa una subcultura misógina no demasiado analizada hasta ahora pero que cada vez afecta a más jóvenes, el fenómeno incel, acrónimo de 'involuntary celibate'. Se trata de hombres que se sienten rechazados por las mujeres y que, por no ser capaces de concretar relaciones románticas o sexuales, desarrollan un resentimiento hacia ellas que a veces llega a traducirse en violencia. La pregunta que asalta a cualquier padre que haya visto la serie de Netflix es si su propio hijo podría ser un incel y cómo detectarlo a tiempo.

El término incel lo creó en los años 90 una mujer para referirse al celibato involuntario y ya en el nuevo siglo comenzó a ser utilizado en diferentes foros en redes sociales por personas que se sentían aisladas y rechazadas sexualmente. La misoginia empezó a ser patentes en estos mensajes que forman parte de un concepto mayor: la manosfera. Es decir, espacios donde sus integrantes se manifiestan en contra del feminismo y la ideología de género.

Con el tiempo, la manosfera ha abrazado visiones cada vez más violentas y hostiles hacia las mujeres y otros grupos, canalizando una frustración que también puede esconder problemas de baja autoestima, bullying o depresión y que pude llegar a radicalizar a algunos varones en la adolescencia y la juventud temprana. La escritora feminista británica Laura Bates exploró esta ideología extremista en 'Los hombres que odian a las mujeres', editado por Capitán Swing, y admite su componente seductor para los más jóvenes.

"Ofrece un sentido de pertenencia y camaradería, así como la noción de pertenecer a una hermandad con una causa importante. La representación de las ideologías incel y misóginas como valientes y contraculturales (aunque irónicamente, en realidad promueven estereotipos de género muy anticuados) puede atraer naturalmente a los adolescentes que buscan rebeldía", nos explica la autora.

Por supuesto, no todo adolescente que haya sido rechazado o no tenga pareja tiene por qué identificarse como incel. De hecho, Bates reconoce que en casos de haber sufrido una mala experiencia con el sexo opuesto es normal que muchos jóvenes puedan tener sentimientos negativos sobre las relaciones, y no hay razón para alarmarse. " Lo que distingue a la ideología incel es un odio vengativo hacia las mujeres y la creencia de que todas ellas deben ser castigadas con violencia por negarles el sexo".

Como padres responsables es nuestro deber estar atentos a los síntomas y las señales de alarma que podrían indicar que nuestro hijo está adoptando ideas incel. "Lo más importante es centrarse en una comunicación positiva y continua con los jóvenes: cuanto más hablen, más fácil será darse cuenta si algo no va bien", apunta la experta.

"No se preocupen por los emojis ni por palabras específicas, ya que pueden ser engañosas. Es mejor estar atentos a si hay un cambio general en el comportamiento y las actitudes, como pasar más tiempo a solas con el móvil o el ordenador, mantener el secreto sobre lo que hacen online y una tendencia general de intolerancia hacia otros puntos de vista, o de hostilidad hacia las mujeres y el feminismo", desgrana Bates.

La rebeldía es normal en la adolescencia, pero la crueldad y la falta de respeto (sobre todo a los mujeres) no tiene por qué serlo. ¿Qué estrategias pueden ayudar a prevenir que un adolescente caiga en estas ideologías? "La respuesta principal es la comunicación. Quienes tienen relaciones positivas, comprensivas y abiertas con sus padres y otras personas son menos vulnerables a la desinformación y la radicalización online, porque hay más oportunidades de que el acoso se vea interrumpido por conversaciones con personas de confianza que pueden ayudarlos con delicadeza a cuestionar lo que ven", explica la escritora.

"Otro elemento importante son las amistades sanas y platónicas con las chicas. Nuestra sociedad a menudo estigmatiza y sexualiza estas amistades mixtas, pero los chicos que tienen buenas amigas tienen menos probabilidades de verse arrastrados a las ideologías misóginas", añade. 'Liberarse' de esta ideología radical una vez internalizada es posible, pero es un proceso lento y difícil. "La prevención es mucho mejor, si cabe, mediante conversaciones tempranas sobre estereotipos de género y relaciones saludables desde pequeños", puntualiza Bates.

La activista feminista tiene un último consejo que compartir: "A menudo, las personas mejor posicionadas para apoyar a los jóvenes son los hombres que hay en sus vidas: padres, tíos, entrenadores deportivos y líderes juveniles. Todos ellos pueden desempeñar un papel fundamental al hablar de estos temas con ellos y ser un ejemplo de masculinidad saludable. ¡No debería dejarse todo en manos de las mujeres!".

En cualquier caso, conviene que los padres sepan que estos espacios machistas online tienen sus propios códigos y comparten palabras clave con significados que normalmente están fuera del alcance de los adultos. Estos son algunos de los conceptos básicos de la manosfera: