La verdad sobre los trances espirituales: ¿conexión profunda o riesgo para la salud?

Un trance en realidad es un proceso psicológico mediante el que se alcanza un estado de conciencia alterado
¿Cuándo se empiezan a notar los beneficios de la meditación a los 50?
MadridLa meditación se ha convertido en una práctica cada vez más habitual porque se han demostrado los muchos beneficios que puede tener para la salud de las personas, calmando la ansiedad y el estrés, mejorando la atención y el bienestar general. Uno de los objetivos al meditar es alcanzar ese momento de atención plena que proporcione esos beneficios que tanto buscamos y que en los casos más extremos se convierte en un momento de trance.
Aunque lo asociemos con un momento de tranquilidad total, un trance en realidad es un proceso psicológico mediante el que se alcanza un estado de conciencia alterado, quedando completamente desconectado de lo que le rodea. Esto podría considerarse un éxito, pero para algunas personas es un momento que puede llegar a causarles temor o incluso afectarles a un nivel más intenso, ¿es una conexión profunda o puede convertirse en un riesgo para la salud? Depende.
Trances espirituales: ¿conexión profunda o riesgo para la salud?
Son varios los testimonios de personas que durante una meditación se han encontrado ante una situación que les ha generado angustia, por ejemplo sentir que dejaban de respirar (cuando en realidad era así) o conectar con una parte de uno mismo que le hace sentir miedo o una vulnerabilidad extrema. Hay algunos riesgos que no siempre son conocidos a la hora de meditar y que conviene saber para poder estar preparado ante ese momento de trance.
Por ejemplo, la meditación puede llegar a generar momento de ansiedad, e incluso ataques de pánico, también algunos dolores físicos, cambios en los estados emocionales, mareos, problemas para enfocar la vista o, en algunos casos más extremos, despersonalización o desrealización, es decir, que la persona se siente separado de su cuerpo y la realidad. En general, estos síntomas desaparecen en el momento en el que se deja de meditar o pasados unos minutos, cuando se recupera el control de las emociones. No obstante, no siempre sucede así.
Un equipo del Hospital Brigham and Women's (Estados Unidos) ha investigado estas experiencias inusuales, con la intención de encontrar los factores de riesgo que pueden provocar estas situaciones y los daños posteriores, un estudio que publicaron en Clínicas Psychological Science, tal y como recogen en Infosalus.
El informe, basado en experiencias personales obtenidas mediante entrevistas, llegó a la conclusión de que hay más riesgo de experimentar este tipo de problemas a raíz de los trances si antes se han consumido psicodélicos, pero también si previamente se ha vivido una experiencia poderosa espiritualmente o traumática (como un parto con complicaciones), o haber sido diagnosticado previamente de alguna enfermedad mental.
En estos casos, el potencial de sufrimiento posterior era mayor, en contraposición a los casos en los que estos trances espirituales podían provocar situaciones profundas, reveladoras e impactantes en quienes pasaban este proceso y que dejaban atrás una vez que la meditación terminaba. En general, este tipo de daños no suelen ser permanentes, pero siempre es recomendable comenzar de la mano de un profesional, que pueda guiar las meditaciones y ser el apoyo necesario en caso de necesitar atención médica.