Llevarte bien con los hijos de tu nueva pareja en vacaciones: "No necesitas que te quieran, pero sí que te respeten"
En 2021 las parejas con hijos de relaciones sentimentales anteriores eran el 14% de las familias españolas
La terapeuta de pareja Eva Moreno indica que ni las vacaciones ni la convivencia con la pareja tienen que ser perfectas: “Bajar expectativas os hará más cuidadosos y curiosos”
Las familias reconstituidas o ensambladas son cada vez más comunes. Permanecer en el hogar con los hijos de la pareja representa repensar los roles de los adultos y estar sereno para lograr la más adecuada integración. Las vacaciones de verano pueden ser tiempo acertado para compartir e ir más allá en lo que envuelve a una familia nada tradicional. Una experta nos cuenta qué tener en cuenta y cómo hacerlo bien.
En las nuevas organizaciones familiares se necesitan aplicar nuevos modos de estar en el hogar y afrontar diversas situaciones y es que tiene lugar una metamorfosis en el conjunto familiar.
Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), en el año 2001 había 234.587 familias reconstituidas; en 2011 casi medio millón (496.135) y diez años después, 2.7 millones (retratándose como el 14% de las familias en nuestro país).
Ainhoa, 51 años, y Carlo, 55, son novios y han decido irse de vacaciones varias semanas a la casa de la playa de los padres de él junto con el hijo que él tiene de una relación anterior y la hija de ella de un matrimonio anterior. Conviven habitualmente todos en la misma casa y, aunque llevan tan solo dos años como pareja, los dos creen que la armonía familiar reina bastante en el hogar.
“Son adolescentes, pero se llevan bien. Se conocen del barrio y tienen amigos en común. Los dos son niños bastante tranquilos y desde el principio ha habido mucha comunicación y ellos no han puesto problemas. La madre del niño y el padre de mi hija nos han ayudado mucho”, expone Ainhoa.
Desde el principio fueron muy despacio y consultando a los hijos sobre qué se sentían o no estaban dispuestos a hacer. “No hemos querido invadirlos ni presionarles. Cuando han querido estar han estado y cuando no, se han ido con sus respectivos padres o abuelos”, destaca ella.
Las vacaciones de verano son días para desconectar y se dan menos responsabilidades. “Con menos estrés por el trabajo y los estudios, les hemos pedido que piensen en disfrutar, colaborar en las tareas de casa, pero en general, salir con sus amigos de la playa y poco más”, afirma Carlo.
Con tacto y comunicación
Es fundamental que los padres tengan seguridad y confianza que la nueva persona cumple unos mínimos requisitos para presentar a los hijos. Eva Moreno, sexóloga, terapeuta de parejas, fundadora de TAPERSEX® y autora de ‘Mi deseo depende de mí’ (Grijalbo, 2019), asegura que lo mejor es verse algunas veces para conocerse y hablar antes de irse juntos unos días en verano. “Es importante incluso hacer alguna excursión de prueba que implique dormir fuera y ayude a acostumbrarse a la convivencia”, señala.
Para los hijos, es positivo que sean encuentros graduales, ya que la convivencia durante unas vacaciones es más intensa que durante el día a día. “Eso ayudará a la relación y a los hijos a aceptar la situación y visualizar cómo puede ser la convivencia el tiempo de verano”, comenta.
Asimismo, Moreno aconseja hablar primero con los hijos, sobre la existencia de la nueva pareja “mostrando apertura y cercanía, pero dejando espacio abierto a la curiosidad”.
La terapeuta de parejas apunta que el papel de la madre o padre es fundamental. “Se trata de equilibrar delicadamente, pero acotando límites claros en la relación con los hijos y con la pareja. Tiene que ver con un esfuerzo continuo por mantener una dinámica saludable donde sean atendidas las necesidades y expectativas de todos”, declara
Como en cualquier relación, esta especialista sostiene que lo ideal es dar tiempo y dejar espacio a los hijos. “Hay que ver cómo se adaptan a la nueva situación, aprenden a relacionarse y a llevarse entre sí. No se les puede obligar a quererse”, destaca. Concibe muy adecuado establecer unas normas para el viaje o las vacaciones, atendiendo más al respeto por las personas con las que se viaja que con la nueva relación.
“Para quienes viajan con o sin hijos, hacer planes ayuda en la estructura del viaje y a no divagar o discutir durante las vacaciones, eso sí, sin rigidez. Esto significa, que si en un momento dado, os apetece improvisar y todos estáis de acuerdo, se puede hacer”, refiere Moreno.
“Los días de descanso pueden resultar una magnífica oportunidad para fortalecer los lazos y crear recuerdos duraderos”, confirma.
Apostilla que no hay que obviar y atender la cuestión de que algunas personas son muy demandantes y exigen tiempo y atención constante de la pareja, sin tener presente que los hijos también quieren estar sin la presencia de la nueva persona.
Consejos para que el par lo lleve mejor
La experta ofrece algunas indicaciones que pueden ayudar al dúo antes del viaje: “Aclárate bien sobre qué lugar ocupa tu media naranja, qué vas a permitir y qué cosas no vas a negociar”.
“En la edad adulta, la autoridad vertical de los padres se debería transformar en horizontal: apoyo mutuo y cada uno con su responsabilidad manteniendo el respeto hacia los progenitores. Tus hijos no deben decidir todo. Recuerda tu rol y define claramente los límites. No los pongas en el centro al punto de perder tu vínculo de pareja”, aclara.
En el caso de ser la nueva persona, sugiere:
- No hagas ni de madre ni de padre (no educas, no corriges, no impones valores). Vas como pareja del adulto que tiene hijos.
- La prioridad de tu pareja siempre será el bienestar de los hijos, no provoques que tenga que escoger.
- El amor que la otra persona siente por ti es diferente al amor que siente por sus hijos. No necesitas que sus hijos te quieran, sí que te respeten y te acepten.
Y propone algunas ideas para los dos adultos:
- Mantened una buena conversación antes del viaje: sobre espacios, rutinas, tiempo de intimidad, límites, normas y necesidades básicas.
- Sed comprensivos, generosos y flexibles.
- No esperéis que todo fluya: Lo verdadero a veces puede resultar incómodo y exige un esfuerzo.
Moreno recomienda durante el día pedir ayuda cuando uno sienta no poder más o no sepa cómo reaccionar. “Al cierre del día revisa cómo fue y si tu mitad ha estado vinculada y en la misma sintonía, si ha habido apoyo y si no fue así, los pactos, acuerdos y límites para el nuevo día”, determina la profesional.
“Los días de ocio con tu enamorado no tienen que ser perfectos, ni la convivencia en esta familia ensamblada lo será. Bajar expectativas os hará más cuidadosos y curiosos. Por lo menos, durante las vacaciones, seréis una familia en construcción que trata de encontrar la mejor forma de encajar las diferentes realidades personales, a la vez que disfrutar de la relación”, confirma.
Se necesita amor, respeto, empatía, paciencia, claridad, comunicación y la humildad de saber que los vínculos evolucionan y que cuidarlos es un aprendizaje constante.
Según la sexóloga, las vacaciones no resuelven nada, pero revelan todo: “De ahí que muchas parejas tras la convivencia del periodo vacacional decidan romper el vínculo”, remarca.
