Verano

La piscina natural más deseada del Tajo a su paso por La Mancha

El Puente de San Pedro, en Guadalajara
El Puente de San Pedro, en Guadalajara. Redacción Uppers
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A escasos doscientos kilómetros de Madrid, enclavada en el corazón del Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara), se encuentra la piscina natural del Puente de San Pedro, un enclave de belleza salvaje y agua cristalina que ha conquistado a todos aquellos que se han atrevido a comprobar su belleza en primera persona. La confluencia del río Tajo y el río Gallo conforma este remanso idílico, cuyas tonalidades varían del verde esmeralda al azul profundo, según la incidencia de la luz, creando un espectáculo visual excepcional.

Además, este entorno no solo deslumbra por su estética; también seduce por su gestión sostenible. Durante los meses de julio y agosto, está activo un sistema de reservas que controla el acceso mediante parking, con tarifas simbólicas (3 € entre semana, 7 € fines de semana), para evitar la masificación y financiar el mantenimiento y limpieza del enclave. Además está accesible de forma sencilla a través de internet, para que no andes con problemas de última hora. 

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Esta forma de regular la afluencia de público ha sido clave para ayudar a mantener la pureza del agua, conservar la biodiversidad circundante y garantizar que los visitantes disfruten de un lugar cuidado y respetuoso con la naturaleza.

Un escenario que invita al verano

Rodeada por imponentes paredes rocosas de más de veinte metros, coronadas algunas por espectaculares y característicos pinos solitarios, la piscina se abre paso al fresco entre una arboleda que brinda sombra sobre una ribera suavemente escarpada. En la otra orilla, pequeñas calas rocosas actúan como soláriums naturales, donde grupos y familias hallan un refugio íntimo y bucólico frente a las cristalinas aguas del río Tajo. El paisaje no invita solo al baño, también al asombro y al descanso profundo.

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Otro de los rasgos más distintivos del lugar es su tobogán natural, una formación rocosa pulida por el agua que permite deslizarse directamente a la poza. Este punto se convierte de esta manera en uno de los grandes atractivos del enclave especialmente para los jóvenes”, ofreciendo diversión sin artificios ni impactos negativos en el entorno.

Por si esto no fuera suficiente, hay que sumarle que el Tajo joven, en su curso alto, atraviesa cañones y hoces que lo convierten en escenario ideal para el senderismo, la observación de aves, la fotografía de paisaje y deportes fluviales como el piragüismo. Recientemente, la Asociación Cañón del Tajo ha potenciado rutas por lugares como el Salto de Poveda y el Hundido de Armallones, ampliando la oferta para quienes buscan alargar la experiencia más allá del chapuzón.

Panorámica de Puente de San Pedro

El Parque Natural del Alto Tajo conserva uno de los sistemas kársticos más notables de Europa, donde el Tajo ha esculpido profundos cañones y hoces desde su nacimiento en Teruel hasta la Confluencia con el Gallo, justo en Zaorejas. La carretera CM‑2113, carretera tradicional local, conecta el puente con otras localidades del parque, facilitando el acceso a este rincón singular.

Recomendaciones para una visita inolvidable

Lo primero que hay que saber es que la mejor época para visitar esta zona es el mes de junio, cuando todavía, no hay control de afluencia. Sin embargo, durante los meses de julio y agosto tampoco resulta un emplazamiento multitudinario, por lo que la visita no estará coronada por multitudes que peguen sus toallas a las tuyas, lo que sin lugar a dudas es un punto a su favor. 

El equipamiento para pasar el día en El Puente de San Pedro es sencillo, y comienza con calzado apropiado para el senderismo ligero, y sigue con la clásica protección solar, agua y algo de comida para disfrutar del día sin prisas. Lo único que se debe tener en cuenta una vez allí es el respeto al entorno, a la fauna y al resto de visitantes, por lo que no se deben dejar residuos, hay que respetar la flora y fauna, y evitar ruido excesivo.

En caso de querer complementar la visita con otras actividades culturales, es posible realizar excursiones a Molina de Aragón y Checa, o visitar al Salto de Poveda para conocer el patrimonio local.

Otras piscinas naturales espectaculares en España

Aunque el Puente de San Pedro destaca por su espectacularidad y gestión, en el territorio nacional encontramos otros paraísos fluviales. Sin salir de Castilla-La Mancha está el Río Mundo, en Albacete, con cascadas espectaculares y zonas habilitadas para el baño cerca del nacimiento. 

Gorgs del Congost

Cambiando de comunidad podemos encontrar las Pozas del río Ésera, en Huesca, con sus aguas turquesas y cascadas rodeadas de bosque, o los Gorgs del Congost, en Girona, que cuenta con varias pozas en garganta con plataformas de salto y aguas cristalinas. Siguiendo con las recomendaciones también estaría en la lista las Pozas del Río Borosa en Jaén, o la Piscina de la Masca en Tenerife, aunque las opciones resultan casi ilimitadas a poco que busquemos con un poco de cariño, con el denominador común en mente de disfrutar de un contacto íntimo con la naturaleza, el agua y la piedra.

La piscina natural del Puente de San Pedro, en Guadalajara, es de una experiencia que combina estética, aventura y sostenibilidad. A menos de dos horas de grandes capitales, ofrece una escapada perfecta para quienes buscan sumergirse en la esencia de nuestra geografía interior. Y para quienes deseen más, España ofrece una red de piscinas naturales igualmente deslumbrantes, dignas de un viaje sin fin.