El "jet lag social": cuando tu horario de sueño de fin de semana arruina tu semana laboral
Lo ideal es acostarse y levantarse siempre a la misma hora, en los días laborales y los de descanso
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MadridCasi todos los viajeros han experimentado en alguna ocasión lo que es el jet lag, esa diferencia horaria entre origen y destino que hace que durante un tiempo seamos incapaces de hacer nada que no sea dormir hasta que sentimos que nos hemos recuperado y en ocasiones es después de estar despiertos más tiempo del que deberíamos en el nuevo horario.
Este jet lag provoca cansancio y una gran dificultad a la hora de llevar una vida normal durante un tiempo porque afecta a nuestras rutinas del sueño. Esto está ligeramente relacionado con el jet lag social, aunque, evidentemente, no es lo mismo.
Jet lag social: qué es y cómo arruina tu semana laboral
Al hablar de jet lag social nos referimos a esos casos en los que hay una gran diferencia entre el horario de sueño del fin de semana y el horario de los días laborales, lo que produce un desajuste circadiano por la diferencia entre los horarios de actividad y sueño.
En los días laborables no podemos controlar nuestros horarios, debemos ceñirlos a lo que se espera de nosotros en función de la hora de entrada al trabajo o el comienzo de las clases en caso de los estudiantes. Sin embargo, en los días de descanso las cosas suelen ser diferentes y ajustamos el tiempo de descanso a nuestras necesidades o preferencias.
Algunas de las consecuencias más habituales de este tipo de jet lag son la dificultad para dormir (por eso los domingos en ocasiones nos cuesta más conciliar el sueño), mayor somnolencia diurna, problemas de concentración, un aturdimiento matutino o un peor estado de ánimo, entre otras. Además, algunos estudios han señalado que alterar los horarios de sueño entre semana y fines de semana podrían tener ciertas consecuencias para la salud, por ejemplo, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, estrés, hipertensión o trastornos del sueño.
Una persona que en los días laborales duerme desde las once de la noche hasta las siete de la mañana, tendrá su punto medio de sueño a las tres de la madrugada. Será diferente si en el fin de semana duerme de una de la madrugada a once de la mañana, lo que supondría un jet lag social de tres horas. Esto será especialmente preocupante si se repite de manera habitual.
La clave para que esto no suceda es tener horarios de sueño consistentes, es decir, tener más o menos los mismos horarios siempre, una de las cosas que los expertos en sueño siempre recomiendan para tener una buena higiene del sueño, acostarse y levantarse más o menos a la misma hora siempre, incluso en los días que tenemos libres y no necesitamos ir a trabajar.
También suelen recomendar evitar la cafeína y sustancias estimulantes a partir de cierta hora, mantener el dormitorio a una temperatura suave, pero fresca (unos 21 grados podría ser lo ideal), evitar pantallas de dispositivos electrónicos justo antes de dormirnos y, en caso de que sea necesario, darse una ducha con agua templada para ayudar a que nos relajemos.
