Los seis amigos que se reúnen cada jueves desde hace más de cinco décadas para tomar cañas

Todos los jueves por la noche, desde 1968, seis amigos se reunen en el mismo pub de Sheffield
Los tres tipos de amistad básicos y su rol en nuestra vida, según un estudio de Harvard
Todos los jueves por la noche, en un pub del sur de Sheffield, Irlanda del Norte, seis hombres se reúnen para compartir cervezas, historias y risas. No son jóvenes impetuosos, sino octogenarios que han mantenido este ritual desde 1968. Lo que empezó como una salida casual tras una partida de golf se ha transformado en un monumento a la camaradería.
Un reportaje en BBC recuerda esa primera cerveza compartida entre dos estudiantes universitarios que con el tiempo se amplió a un círculo de seis, integrando a Bill Munden, Peter Thirlwall, Brian Ayres, Dick Cotton y el propio fundador, Paul Haynes. Peter, ya jubilado, resume su dedicación con una anécdota sorprendente: “Ha habido años en los que no nos perdimos un solo jueves, dos o tres años seguidos” .
Ni pandemia ni cierres de bares lograron quebrar esta tradición. Durante el confinamiento, sus encuentros se trasladaron a Zoom, uniendo virtualmente a todos, incluso a quienes vivían lejos, como en Canadá o Australia.
Con los años sus conversaciones también cambiaron. "Antes hablábamos de fútbol y sexo. Ahora, de próstata y pensiones", bromea el grupo, sin perder una sílaba de humor y complicidad pasada al presente. A pesar de sus diferencias políticas y de gustos, jamás permitieron que una opinión generara conflicto. “Si discutimos, no llegamos a lo personal”, aseguran.
Este lazo permanece vivo gracias a pequeños gestos. Nadie se pierde una ronda y se “compite por pagar, no por ahorrar”, y cada semana comprueban que el universo aún se mueve alrededor de su mesa habitual.
Sus familias, que en total suman nada menos que 17 hijos, 33 nietos y seis bisnietos, son testigos silenciosos de lo que ocurre bajo esa luz tenue del pub, cada jueves, sin fallar. Se trata de una demostración de que a pesar del paso del tiempo, siempre puede haber un refugio en el que desatascar la vida, una muestra palpable de resiliencia emocional.

El secreto de una vida plena: relaciones profundas y duraderas
Esta narrativa de fidelidad amistosa no es solo anecdótica. Un estudio de Harvard, el más longevo sobre desarrollo humano, lo dice sin ambages: “El mensaje más claro que obtenemos de este estudio de 85 años es este: las buenas relaciones nos mantienen más felices y saludables. Punto.
Su director, el psiquiatra Robert Waldinger, afirma que el mejor predictor de una vida larga y saludable no es ni la dieta ni el ejercicio, sino “la calidad de nuestras conexiones emocionales con otros”, un hallazgo que los investigadores calificaron como sorprendente. Las buenas relaciones regulan el estrés y actúan como protectores contra problemas cognitivos y mentales como la depresión o la demencia.
De hecho, este análisis en Harvard Gazette, que realizó un seguimiento a 268 estudiantes desde 1938 concluye: "La soledad mata. Es tan poderosa como el tabaco o el alcoholismo". Un claro llamado a valorar más los vínculos que los logros.
El contraste generacional: menos amistades, mayor soledad
Mientras este sexteto celebra más de seis décadas de encuentros, la tendencia actual pinta un panorama opuesto. El término Friendship Recession, también objeto de estudio en Harvard, describe la reducción drástica de amistades profundas en Estados Unidos, hasta el punto de que solo el 13% de las personas reporta tener más de diez amigos cercanos, frente al 33% de hace décadas.
Además, según una reciente encuesta, el porcentaje de personas sin amigos cercanos se ha cuadruplicado hasta el 12%, mientras que las horas semanales dedicadas a estar con los amigos antes eran 6,5 y ahora solo se invierten cuatro horas cada siete días.
Esta erosión de la sociabilidad tiene consecuencias reales: quienes cuentan con más amigos son hasta el doble de propensos a involucrarse en la comunidad, hablar con desconocidos o participar en eventos.
De esta forma, frente al drástico declive que están experimentando las amistades reales y tangibles, estos seis amigos nos enseñan una lección clara: la felicidad, según los datos, no reside en el éxito o la salud, sino en la constancia afectiva. Una simple caña semanal puede ser el eslabón que sostiene vidas.
Porque si el estudio de Harvard ya lo afirma, y ellos lo demuestran, quizás descubrir que la clave del bienestar esté a unos pasos del pub no debería sorprendernos. La constancia de sus quedadas cada jueves es todo un homenaje silencioso a lo que nos hace humanos.

