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Cómo saber si tienes el síndrome del corazón congelado o por qué no te has vuelto a enamorar

Hace que no puedas enamorarte de nuevo. Unsplash
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MadridLas relaciones sentimentales no siempre son sencillas y en algunos casos son más complicadas de lo que pensamos, dejan huellas en nosotros, heridas que tienen que curar, pero que dejan cicatrices. Esto puede dar lugar a un extraño fenómeno, porque bloqueamos la capacidad que tenemos de enamorarnos, de volver a crear vínculos afectivos profundos y duraderos. 

Aunque este sea el motivo más frecuente y más conocido, no es el único por el que podemos acabar con un corazón congelado. 

El síndrome del corazón congelado o por qué no te has vuelto a enamorar

El síndrome del corazón roto hace referencia a la incapacidad de volver a enamorarse, no a no querer volver a pasar por ello por miedo a volver a sufrir, sino a sentir que no se es capaz de volverse a enamorar. Sobre este tema han querido indagar un poco más en El País, donde la psicóloga y sexóloga María Esclapez explica que se trata de una suerte de agotamiento emocional: “No es que pierdas la capacidad de amar, es que estás tan saturado que el cerebro dice: Voy a sentir un poquito menos”

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Ella lo equipara con un burnout sentimental, una respuesta de muchas personas que acaban quemadas ante una sociedad hiperconectada y donde las relaciones rápidas son la norma. Aparece el miedo a la intimidad, lo que lleva a una desconfianza generalizada, evitando crear vínculos profundos, lo que hace que en la mayoría de los casos se refugien en relaciones superficiales. 

El riesgo de esta situación, según explica la especialista en el citado medio, es que esa situación que puede ser temporal se convierta en algo más profundo, que ese “apagón afectivo” se convierte en la norma para nosotros. No obstante, ella parece tener claro que hay lugar para la esperanza, aunque en algunas ocasiones es necesario hacer un trabajo un poco más profundo que en otras, para poder dejar atrás miedos o maneras de relacionarnos que no nos hacen feliz. 

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El síndrome del corazón congelado no sería una pérdida permanente de la capacidad de sentir, porque quien se encuentra en esa situación, tanto si es por elección propia (hay quien de manera consciente evita implicarse demasiado, buscando así no volver a pasar por una situación dolorosa), como si se ha llegado a esta situación de manera involuntaria. 

“Una cosa, es decir ‘Me aparto porque necesito introspección’, pero él no sentir como tal no puede ser una etapa necesaria”, explica Esclapez. “La apatía no se considera un proceso sano, sino un síntoma de algo más”

Este síndrome no es una pérdida permanente de la capacidad de amar, se trata de una respuesta adaptativa, normalmente relacionada con traumas del pasado, por eso lo mejor en estas ocasiones es ponerse en manos de profesionales que nos ayuden a comprender el origen de esta desconexión y volver a confiar en que no todas las relaciones tienen por qué terminar de igual manera. Trabajar en uno mismo es clave para poder evitar que esta sensación se cronifique.