Siete días sin quejas: el experimento que puede cambiar tu forma de ver la vida (y mejorar tus relaciones)
Las quejas constantes atraen la negatividad y nos sumen en una espiral de la que no es fácil salir
Por qué las personas mayores se quejan tanto
MadridHay ocasiones en las que quejarse de algo es la única manera de conseguir un objetivo, si no nos quejamos ante lo que sentimos como una injusticia, nunca podremos cambiar las cosas. Sin embargo, conviene diferenciar lo que es una queja puntual, pensada para solucionar un problema, y lo que es instalarse en la queja constante como forma de vida.
Esta es una actitud que los expertos consideran poco favorable. Si bien quejarnos nos ayuda a sacar un malestar que llevamos dentro, lo que es algo positivo, si se convierte en una obsesión estaremos ante un problema.
Siete días sin quejas: cambia tu forma de vida y tus relaciones
Las quejas constantes puede provocar que entremos en una espiral de negatividad, porque los pensamientos negativos atraen otros pensamientos negativos.
No se trata de la situación ideal para uno mismo, pero puede llegar a afectar a tus relaciones, porque esa negatividad, ese mal ambiente que provoca la queja continua, se proyecta en los demás, generando incomodidad. Si todo lo que reciben por su parte son quejas y malestares, tendrán más dificultad de pasar tiempo a tu lado.
Algunas consecuencias de esta negatividad constante se aprecian en las relaciones con los demás, pero también en uno mismo se pueden ver. Por ejemplo, no es raro que se sienta menos energía porque esos pensamientos negativos nos consumen y hacen que cada día sea más complicado de llevar.
Quejarse no soluciona nada si solo nos quedamos ahí, si no buscamos soluciones no estaremos cambiando nada, por lo que no es raro que sintamos que no tenemos las riendas de nuestra vida. Si siempre pensamos lo negativo de las cosas, nos quedamos en la queja, es probable que las cosas salgan mal, dándonos la razón en nuestra forma de pensar y haciendo mayor la negatividad.
Para poder cambiar las cosas es importante cambiar nuestra manera de enfrentarnos a ellas y siete días sin quejas puede ser un buen comienzo para cambiarlo todo.
En general, se suele señalar que el primer día es esencial para tomar conciencia de la cantidad de veces a lo largo del día en que la queja es nuestra primera reacción. El segundo día se puede dedicar a las soluciones, es decir, cada vez que sintamos que vamos a quejarnos, en lugar delo negativo, intentar buscar algo positivo de la situación.
La gratitud es algo que se puede practicar el tercer día, cambiando esa queja que tenemos en la punta de la lengua por algo que tenemos en nuestra vida y de lo que nos sentimos agradecidos, cambiando ese pensamiento negativo por otro positivo. Seguir con esta dinámica los siguientes días hará que resulte más natural, más sencillo hacerlo, reduciendo en parte el estrés que nos rodea.
Puedes compartir tu reto con tu entorno, tal vez para inspirarles a seguir tus pasos o para que te apoyen en este reto. Pasada la semana, es momento de reflexionar sobre los resultados obtenidos, ¿ha sido complicado? ¿Me siento mejor cambiando la forma de enfrentarme a las cosas que no me gustan? ¿Más agradecido por lo que tengo?
No es un trabajo sencillo, pero este cambio de mentalidad puede hacer que nos demos cuenta de la cantidad de negatividad que atraemos con nuestra actitud y cómo otra manera de hacer las cosas es posible.
