Los ejercicios en el agua ayudan a que las articulaciones sufran menos porque reducen la carga sobre ellas
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MadridEl agua tiene muchas propiedades que son buenas para la salud, es necesaria para la vida y clave a la hora de cuidarnos, pero también tiene muchos otros beneficios que no siempre conocemos. Por ejemplo, es una estupenda herramienta para recuperarse de dolores musculares y lesiones, para quienes quieren cuidar sus articulaciones y mejorar su movilidad, aunque en este caso no es gracias a beberla, sino a entrenar en ella.
Al hacer determinados ejercicios en el agua estaremos reduciendo la carga sobre las articulaciones, porque será el propio agua el que soporte gran parte del peso corporal, aliviando la presión sobre las articulaciones. Esto hace que se puedan realizar movimientos más amplios y ejercicios sin dolor. Al hacer ejercicios en el agua evitamos el impacto que supone hacerlos sobre tierra firme.
Además, el agua ofrece una resistencia extra, ayudando a aumentar la capacidad cardiovascular. Ejerce resistencia y reduce la fuerza de la gravedad, lo que facilita la realización de movimientos, haciendo que los músculos trabajen de forma segura y mejoren de una forma más adecuada sin riesgo de daños extra o lesiones.
La hidroterapia conoce todos estos beneficios, pero también aprovecha aquellos derivados de la temperatura del agua, por ejemplo, cuando está caliente, relaja los músculos y reduce el dolor, mientras que cuando está fría reduce la inflamación, lo que también hace que resulte menos doloroso. Este es un gran sistema que en muchas ocasiones los profesionales emplean a su favor para obtener los mejores resultados.
Hidroterapia: ejercicios en piscina para cuidar articulaciones y mejorar la movilidad
La hidroterapia no consiste en meterse en el agua y dejar que esta haga su ‘magia’, aunque viendo los efectos que la temperatura tiene sobre los dolores también hay una parte de ello. No obstante, lo más importante de esta disciplina son los ejercicios que se pueden hacer una vez que se está metido en la piscina, como los de aeróbic, pilates o aquagym.
Por ejemplo, si son los hombros lo que se quiere reforzar se pueden hacer circunferencias de brazos, con estos extendidos hacia delante y sin sacarlos del agua, con las flexiones de codos será esta parte del cuerpo la que se fortalezca. Los giros y flexiones de muñecas serán más efectivas si las haces bajo el agua y no olvides flexionar los dedos, si quieres reforzarlos.
Puedes caminar en el agua si lo que buscas es proteger las rodillas, algo que también puedes lograr haciendo elevaciones de rodilla. Las sentadillas en la piscina alivian la carga de las rodillas (aunque puede que necesites sujetarte en el bordillo para mantener el equilibrio), también puedes probar a hacer patadas laterales. Tras lesiones en extremidades inferiores no es raro optar por ejercicios de equilibrio, como mantenerse sobre una pierna.
Para reducir dolores de cadera hay ciertos ejercicios centrados en esta zona que se pueden hacer, como las rotaciones, en caso de daños en la espalda, la flotación ayuda a aliviar la presión, permitiendo un mayor movimiento. En los entrenamientos, guiados por un profesional, se pueden incorporar otros elementos, como tablas para hacer estiramientos, pesas para añadir resistencia extra o bandas elásticas.


