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Jane Fonda cumple 88: “Estaba segura de que moriría antes de cumplir los treinta”

Jane Fonda a los 88 años. Getty Images
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Jane Fonda nació el 21 de diciembre de 1937. Eso significa que acaba de cumplir 88 años, aunque para esta icónica mujer ese número no es más que un detalle que hace más grande su mito. Y es que esa cifra, en su caso, no suena a retirada, sino a continuidad. Por eso, en los SAG Awards 2025, al recoger el premio honorífico de la noche, lo resumió con una frase que funciona como lema vital: “No he terminado”

En un mundo obsesionado con “parecer”, Fonda lleva décadas insistiendo en otra cosa: en la relevancia del ”hacer”. A veces actuando, a veces incomodando, a veces liderando. Y casi siempre recordando que la edad no es un telón, sino que es un nuevo acto.

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Dos Oscar, una carrera larga y el raro talento de reinventarse

Su trayectoria se suele contar por hitos, pero hay uno que pone orden a la leyenda: ha ganado el Oscar en dos ocasiones. La primera por Klute, en 1971, y por Coming Home, en 1978. Este no es precisamente un detalle menor, ya que desmonta la caricatura de “icono pop” y nos recuerda que Jane Fonda en realidad es una de las más grandes actrices de todos los tiempos, con una carrera de más de seis décadas que no se explica solo por glamour o por titulares. 

Pero, por supuesto, también está el otro lado de la moneda, el que también forma parte de su biografía cultural: el músculo de los 80, con aquellos míticos vídeos de fitness que marcaron época, su posterior regreso cuando mucha gente ya había asumido que “ya estaba”, y la etapa más reciente de su carrera, en la que alterna proyectos y apariciones públicas sin el tono de quien pide permiso. Porque Jane Fonda ha sabido cambiar y evolucionar, como ella misma reconoce hoy: "Pasé muchos años intentando ser quien creía que los demás esperaban de mí. La verdadera transformación llegó cuando entendí que no tenía que agradar, sino ser honesta conmigo misma."

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Aquí encaja una idea de fondo muy potente: que llegar a los 88 no es “haber aguantado”, sino haber aprendido a elegir. Una frase suya aterriza esa elección sin épica: “Quiero estar rodeada de gente que me quiera. Vivo para no tener remordimientos”. Y, de la misma forma, también ha sido capaz de ofrecer una confesión que reordena el pasado desde el presente: “Estaba segura de que moriría antes de cumplir los treinta”. No lo dice, además, como parte de un speech motivacional, sino que se trata de una mujer diciendo que la vida se abre cuando dejas de vivirla como examen.

De hecho, también ha afirmado que "Creo que envejecer es algo que hay que aprender a hacer bien. No se trata de intentar parecer más joven, sino de vivir con intención, de profundizar, de comprender quién eres realmente y de atreverte a serlo". Además, esto va muy en la línea de otra de sus afirmaciones más tajantes, cuando afirma que "la belleza, para mi, tiene que ver con la autenticidad. Con aceptar cada etapa de la vida sin nostalgia ni miedo, sabiendo que cada una trae consigo una forma distinta de poder."

“La empatía no es débil”: un mensaje político (sin disfraz)

El pasado febrero Fonda dio un discurso en los premios del Sindicato de Actores en Estados Unidos. En él, una idea vertebraba su speech: que el trabajo del actor, cuando es de verdad, fabrica algo tangible aunque no se toque. “Lo que creamos es empatía”, dijo. Y después llegó el momento en que convirtió una palabra insulto en definición: “ ‘Woke’ solo significa que te importen los demás”. 

No lo dijo como quien pontifica, sino como quien se planta. También pidió comunidad (“no aislarnos”) y advirtió sobre el momento histórico que estamos viviendo con una frase que parece escrita para quienes sienten que todo se acelera: “Esto es, y no es un ensayo”. 

Esa mezcla de empatía, comunidad y urgencia, es parte de su personaje público desde hace décadas. Pero en 2025 sonó especialmente afilado porque venía de una mujer a la que nadie puede acusar de hablar “desde la comodidad” sin mancharse.

Cuando la protesta era literal

Otro ejemplo de esto se vio en 2019, cuando Fonda convirtió la alarma climática en parte de su rutina semanal: prometió ser detenida “todos los viernes hasta enero” en protestas por el clima. No era un gesto vacío, ya que tal y como ella mismo dijo la pregunta de “¿Qué puedo hacer yo?” fue su punto de partida para implicar a cualquiera, no solo a celebridades. 

El objetivo no era el espectáculo de la detención: “El propósito de estos Fire Drill Fridays no es que me arresten”, escribió, explicando que la idea era unirse a las huelgas climáticas y empujar a la acción, incluida la desobediencia civil. 

A los 88, ese historial no se percibe como “pasado combativo” sino como coherencia: una mujer que ha hecho de la voz un hábito. Y que, cuando toca celebrar cumpleaños, lo hace como ha vivido: sin pedir permiso… y recordándonos que el tiempo no te borra, te define.