Las campanas de la iglesia dividen al pueblo guipuzcoano de Soraluze: ¿Ruido o música?

Iglesia de Santa María la Real de Soraluze, Guipúzcoa
Iglesia de Santa María la Real de Soraluze, Guipúzcoa.. Ayuntamiento Soraluze
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San SebastiánEn la localidad guipuzcoana de Soraluze andan, desde hace un tiempo, a vueltas con las campanas de la iglesia que han dividido al pueblo entre quienes consideran que hacen un ruido insoportable que altera el sueño de los vecinos y quienes, por el contrario, se agarran a la tradición para mantener el toque de las campanas, que se niegan a calificar de ruido si no más bien, de melodía musical. Soraluze no es el primer pueblo en el que estalla la polémica por el ruido del campanario.

Así, todo el mundo mira hacia el campanario de la iglesia de Santa María la Real (Siglo XVI), que ha logrado restar protagonismo a su precioso pórtico, construido en 1666 y convertido en uno de los mejores ejemplos del arte popular vasco. “En los últimos años, las campanas y el reloj del campanario han dado mucho que hablar en el pueblo”, explica el Ayuntamiento.

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A principios de este pasado verano, Soraluze arregló, tras haber estado “averiado en los últimos años”, el reloj y también, reparó los problemas de funcionamiento de las campanas, unos trabajos que costaron más de 8.600 euros.

Sobrepasa los límites

Sin embargo, las campanas de la discordia mantienen enfrentados a los vecinos, a quienes les molesta el ruido y les impide conciliar el sueño, con los que defienden que las campanas llevan sonando toda la vida y debe seguir siendo así. Los primeros habían pedido reiteradamente a la iglesia que, al menos durante las noches de verano, silenciara el tañer para poder descansar. Una queja que también llegó al Ayuntamiento e incluso, al Defensor del Pueblo Vasco (Ararteko).

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Soraluze admite que, tanto el reloj de la iglesia como las campanas, son parte de sus “señas de identidad”, pero también que el ruido producido por las campanas sobrepasa los límites establecidos por la ley, tal y como indica el informe técnico encargado por el consistorio a una empresa externa que hizo mediciones tanto en la calle como en el interior de algunas viviendas del pueblo.

El referéndum de los feligreses

Así las cosas, el Ayuntamiento pidió a la iglesia que se programen las campanas para que no suenen de 23:01 a 06:59 horas, en verano. Una solicitud que ha sido desoída, por lo que el toque nocturno se mantiene. La parroquia sometió la decisión a consulta entre sus feligreses y estos se mostraron contrarios a silenciarlas.

Ha pasado el verano, pero la polémica sigue muy viva en este municipio guipuzcoano, donde el Grupo Municipal Socialista ha vuelto a reclamar que se cumpla la ley y se silencien las campanas de la iglesia por la noche. Recuerda que ya hay un informe técnico que concluye que el sonido de las campanas supera los límites establecidos en el Real Decreto 1367/2007 de la Ley 37/2003 del Ruido y en el Decreto 213/2012 de la Comunidad Autónoma del País Vasco, y pide a los feligreses que respeten el descanso de las vecinas y vecinos.

Los socialistas de Soraluze recuerdan que “las leyes están para que todos, las cumplamos” y que la consulta de la parroquia a sus feligreses “no exime del cumplimiento” de la legislación. Además, reclaman al Gobierno municipal que garanticen el cumplimiento de la legalidad vigente.