Tribunales

La batalla judicial de Aimar, un joven con autismo, con el Ayuntamiento de Vitoria: no le permiten presentarse a una oposición

Imagen de archivo del ayuntamiento de Vitoria
Aimar hizo los exámenes pero finalmente se le excluyó de la oposición.. Europa press
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Vitoria-GasteizDavid contra Goliat. Así es la historia del joven Aimar, de 21 años y diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que, desde hace un tiempo, mantiene un pulso judicial con el Ayuntamiento de Vitoria que pretende impedir su participación en una oposición.

El pasado mes de octubre, Aimar ganó la batalla, cuando un juzgado de Vitoria estimó que la decisión de excluir a este joven opositor “no es ajustada a derecho” y obligaba al Ayuntamiento a readmitirlo. Sin embargo, la guerra continúa porque la institución municipal, según publica El País, no se da por vencida y ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).

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El requisito, para presentarse a la Oferta Pública de Empleo (OPE), de que los candidatos tuvieran acreditada una discapacidad intelectual, está en el centro de la polémica. La justicia defiende que Aimar podía participar en la OPE, pese a no sufrir una discapacidad intelectual, sino "una discapacidad social, del tipo autista", porque, según la normativa actual, no existe la discapacidad intelectual como una clase de discapacidad. El Ayuntamiento defiende la decisión de apartarle de la oposición porque no acreditó un grado de discapacidad intelectual.

Diagnosticado desde niño

Aimar, diagnosticado de TEA desde que apenas tenía cuatro años, se sacó Bachiller e intentó encontrar trabajo en algunas empresas, sin éxito. Finalmente, decidió presentarse a una de las 14 plazas reservadas a personas con discapacidad intelectual “igual o superior al 33%” ofertadas en la OPE de Vitoria, para ingresar como funcionario de carrera, en tareas de auxiliar de servicios.

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Sin embargo, Aimar fue excluido de la lista de admitidos, porque no justificó tener reconocida una discapacidad intelectual igual o superior al 33%, como establecían las bases de la oposición. El joven aportó documentación oficial concluyente sobre su situación de discapacidad, que alcanza el 49%, pero sin concretar que la citada discapacidad fuera de tipo intelectual, como se exigía en las bases de la oposición. El diagnóstico de Aimar “es una discapacidad social, del tipo autista”, que “no es una enfermedad mental ni una discapacidad intelectual”, sino que “se trata de un trastorno del desarrollo psicológico”

Aunque Vitoria le permitió hacer los exámenes, finalmente no lo admitió en la oposición. Una decisión que el pasado octubre el Juzgado Contencioso-Administrativo número 1 de la capital alavesa anuló para satisfacción de la familia de Aimar.

La magistrada en su fallo argumentaba que en la normativa actual no existe la discapacidad intelectual como una clase de discapacidad y, por tanto, exigirla como requisito para optar a una de las 14 plazas ofertadas responde a una “mala redacción”. Por tanto, prosigue que debería haberse admitido a todos los aspirantes con una discapacidad superior al 33%, con deficiencia de funciones mentales, sin exigir que sea intelectual.

Recurso ante el TSJPV

La sentencia ha sido recurrida por el Ayuntamiento de Vitoria ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) y rebate el argumento de que las bases de la OPE no deberían haber incluido el concepto de discapacidad intelectual sino el término “discapacidad con deficiencias de las funciones mentales”. El Ayuntamiento defiende que "la base de la convocatoria se ajusta a la normativa en vigor sobre las personas con discapacidad".

La resolución de este recurso al Superior vasco podría demorarse años, de ahí que el entorno de Aimar solicite la ejecución provisional de la sentencia dictada este pasado mes de octubre por el juzgado de Vitoria y que obliga al Ayuntamiento vitoriano a admitirlo en la oposición.