Ni una pregunta venenosa, ni un periodista con vocación de víbora. Lo que provoca los gritos y el rostro desencajado de Salma Hayek en plena entrevista se deben a una serpiente indiscreta. La actriz no pudo contener los nervios ante el reptil, y gracias a ello ha confesado que la imagen que vendió en Abierto hasta el amanecer, película en la que interpretó un sensual baile con una pitón, no puede reflejar nada más lejos de la realidad. A Salma no es que no le gusten mucho las serpientes, sino que es que no quiere ni que le rocen los tacones.
Para la película, una de las primeras que rodó en Hollywood y que la catapultó a la fama, tuvo que acostumbrarse a su pareja de baile mediante una terapia de dos meses.
Tras el encontronazo con la serpiente en la entrevista, los miembros de seguridad tuvieron que sacar a Salma y a las otras entrevistadas en brazos y aplazar las preguntas. IM
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