El Hórreo do Cura de Ribela, en Santiago de Compostela, entra en la lista roja de Hispania Nostra
Está considerado uno de los más largos del mundo y va camino hacia el derrumbe
Los vecinos llevan años pidiendo que se salve este bien patrimonial
Hispania Nostra incluyó en su conocida lista roja el denominado Hórreo do Cura, un elemento patrimonial adscrito a la rectoral de la parroquia de Ribela, en A Estrada (Santiago de Compostela).
Aunque este hórreo está denominado como Ben de Interesa Cultural, eso no le ha salvado, como a muchos otros, de estar en ruinas. Hispania Nostra ha calificado de preocupante el estado de conservación en el que se encuentra este monumento, que presenta un alto riesgo de derrumbe.
La lista roja de Hispania Nostra señala monumentos y bienes culturales de España que están en riesgo de deterioro, abandono o destrucción. Fue creada en 2007 para dar visibilidad a estos casos y promover su conservación. Incluye iglesias, castillos, palacios, y más, afectados por ruina, vandalismo o falta de mantenimiento. Aunque no obliga legalmente a intervenir, busca movilizar a instituciones y ciudadanos. Ya hay más de 1.400 bienes en la lista, y cualquiera puede proponer uno.
En 2021 fue incluido en el número 24 del ranking mundial
Este hórreo fue construido entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Su misión era el almacén de grano, en concreto el generado por las rentas eclesiásticas, de ahí su gran tamaño. Ahora apenas queda en pie el esqueleto de piedra, que se cree que pudo ser obra del mismo cantero que el del cercano Pazo da Mota, ya que ambos tienen características similares. Cuenta con diez claros y mide 22,2 metros de largo y 1,5 metros de ancho, se considera uno de los más largos del mundo.
Los vecinos de la zona llevan años pidiendo una actuación para salvar este bien patrimonial de la ruina, pero no han obtenido resultado. En el año 2022 algunos entendidos cifraban el posible coste de restauración entre los 15.000 y los 20.000 euros.
La iglesia, que ostenta la propiedad del hórreo, a finales de marzo de este año informó a los vecinos de su disposición a costear los 500 euros que valdría la licencia de obra, pero no los 24.000 euros que se cifraban para su restauración en aquel momento.
Tras eso, los vecinos decidieron presentar un escrito ante la Dirección Xeral de Patrimonio de la Consellería de Cultura para alertar sobre el riesgo de derrumbe y urgiendo su restauración. Por el momento, todavía no se ha producido y continúan a la espera.