El Camino de Santiago, una oportunidad para los menores con medidas judiciales y en situación de exclusión social

El Camino de Santiago, una oportunidad para los menores con medidas judiciales y en situación de exclusión social
170 menores recorren el Camino de Santiago. Imagen: Sandra Almeida
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En la vida se pueden escoger muchos caminos y no siempre es fácil ir por el correcto. Ellos lo saben bien, son menores con medidas judiciales y en situación de exclusión social que se han unido para hacer el Camino de Santiago. “El camino de los valores, de la reeducación, de la vuelta otra vez a inculcar la educación, los caminos, la segunda oportunidad, la tercera, las veces que haga falta”, afirma Julián Sánchez, magistrado de la sala segunda del Tribunal Supremo.

Son más de 170 en esta novena edición del camino de los valores. Algunos comenzaron solicitando ayuda y ahora son ellos quienes nos guían. “Porque cada paso pues lleva un sufrimiento por dentro. No sólo físico, sino también mental”, confiesa Yonel Martel, voluntario.

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El Camino de Santiago, una oportunidad para reflexionar

Aquí caminan y conviven junto con educadores, psicólogos y magistrados, abriéndose y descubriendo que siempre hay más salidas en la vida. “El camino es la vida misma, pero en unos cuantos días”, señala Reyes del Carmen Martín, magistrada del Juzgado de Menores 1 de Las Palmas.

Los propios menores relatan su experiencia. “El camino también es un momento en el que puedes estar solo para poder reflexionar. Creo que es un momento en el que puedes trabajar bastante en ti”, indica Daniel González, menor participante.

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“Yo, por ejemplo, he podido como tener más conexión con algunas personas y poder hablar. Entonces yo considero que las personas que están mal o algo se pueden expresar con otras personas y ahí pueden ayudarlos”, añade Gabriela Abadea, otra menor. Ahora, el camino ha llegado a su fin, pero lo que acaba de empezar es su nueva vida.