Lamentos en Portugal tras el asesinato de Jessica, una niña de tres años, por una deuda de brujería

  • Una niña de tres años, Jessica, asesinada a golpes por una deuda de 400 euros por servicios de brujería

  • La supuesta bruja y su marido raptaron y golpearon a Jessica hasta la agonía

  • La madre de Jessica negó el secuestro a las autoridedes para evitar que le quitaran la custodia

Jessica de tres años ha muerto en un hospital de Portugal debido a los terribles golpes que le dieron sin piedad durante cinco días. Todo porque su madre tenía una deuda de 400 euros por unos servicios de ‘brujería’. La madre negó a la policía el secuestro.

El final de la pequeña Jessica, una niña portuguesa de tres años es espeluznante. Una mujer a la que su madre había contratado para que le hiciera un servicio de brujería, con el que pretendía mantener a su lado a su pareja, la secuestró.

La madre de Jessica no pagaba la deuda de 400 euros por los servicios de brujería. Así que la bruja y su marido raptaron a Jessica durante cinco días en los que la golpearon hasta la agonía.

Cuando Jessica llegó al hospital los médicos no pudieron salvarla

Jessica llegó al hospital de Setúbal en parada cardioerespiratoria pero los médicos no pudieron salvarla a pesar de los esfuerzos.

La pareja que secuestró y pegó a la menor está detenida acusada de homicidio calificado y su hija, de 27 años, también y se enfrentan a un delito de denegación de auxilio por no denunciar ni avisar a urgencias, según informa el diario luso Corriero da Manha.

Los servicios sociales de Portugal, en el punto de mira

La ministra de Presidencia, Mariana Vieira da Silva, número dos del Gobierno portugués, ha señalado que la muerte de Jessica “es algo que choca a todos" y obliga a "investigar los fallos en el sistema para que puedan ser corregidos".

Los servicios sociales portugueses ya habían investigado la situación familiar de Jessica y archivo el caso a principios de junio. Durante el secuestro de cinco días, la madre negó los hechos afirmando que estaba en un viaje de vacaciones porque quería evitar que le quitaran la custodia.