Estados Unidos

Una estudiante de EEUU que viajaba a Texas para ver a su familia, deportada a Honduras tras ser detenida en el aeropuerto

Any Lucía López, la joven universitaria de 19 años. rrss
  • La estudiante llegó a Estados Unidos con 7 años y no sabía que había una orden de expulsión contra ella

  • Al parecer, las autoridades mantienen que un juez había dictado una orden de expulsión en 2015

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Any Lucía López, una joven universitaria de 19 años, fue detenida en el aeropuerto Logan de Boston cuando se preparaba para volar y sorprender a su familia por Acción de Gracias, y acabó deportada a Honduras solo 48 horas después.

Según ha explicado su padre y su abogado en declaraciones recogidas por The New York Times, la estudiante llegó a Estados Unidos con solo 7 años. Su padre, Francis López, explicó al diario que ninguno de los dos sabía que existía una antigua orden de expulsión: "Nos pilló completamente desprevenidos", aseguró en una entrevista telefónica.

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Agentes de inmigración la interceptaron en el aeropuerto

Según su relato, el jefe de López había pagado el billete para llevarla a Austin, Texas, con la idea de darle una sorpresa en el trabajo, pero nada salió como esperaban. Su abogado, Todd Pomerleau, lamenta que el acceso a la información del caso ha sido confuso desde el primer momento, incluido el motivo exacto por el que se ejecutó la deportación.

El letrado sostiene que la expulsión se llevó a cabo a pesar de una orden federal emitida un día antes que impedía deportarla mientras su situación seguía en revisión judicial. López, que está estudiando primero de Administración en Babson College en Massachusetts, estaba a punto de embarcar en un vuelo de Southwest rumbo a Texas el 20 de noviembre cuando le comunicaron que había un problema con su billete. Al acudir al mostrador, agentes de inmigración la interceptaron.

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Al parecer, las autoridades mantienen que un juez había dictado una orden de expulsión en 2015, cuando López aún era menor. Sin embargo, el abogado de la joven señala que en la base de datos de la Oficina Ejecutiva para la Revisión de la Inmigración no encontró rastro alguno de la presunta orden de deportación: “Si realmente existiera, tendría que habérsele comunicado. Ella no tenía idea de nada”, ha insistido.