Sobrevivió al terremoto de Chile y ahora está en la mina atrapado

Raúl Bustos vivía en Talcahuano cuando la ciudad fue sacudida por el terremoto y el tsunami del 27 de febrero. Con el objeto de disfrutar de una nueva vida, Bustos aceptó una oferta para trasladarse hasta el yacimiento ubicado en las cercanías de Copiapó, a unos 800 kilómetros al norte de Santiago; su esposa, Carola Narváez, le siguió en su nueva empresa, llevándose a sus dos niños con ellos.

Narváez acudió a acampar en torno a la mina cuando supo de la situación en la que se encontraba su marido, dejando a los niños con sus abuelos. La vida de esta familia ha sido una constante superación de las dificultades, con desastres naturales y negligencias de todo tipo -el padre de Raúl Bustos tiene pensado demandar a la empresa minera-.

Estas duras circunstancias, que los pobres en latinoamérica experimentan, por supuesto, en mayor medida que los demás, ha hecho que los sentimientos de la pareja se fortalezcan ante la dificultad. La llegada de las imágenes de los mineros atrapados ha sido como un soplo de aire puro para la familia de Raúl Bustos. Pero no todo pinta del mismo modo. Queda mucho por esperar.