Según publica el periódico Daily Mail, durante su adolescencia, Brand fue ingresada en dos ocasiones en el hospital debido a su peso e incluso llegó a tener que ir en silla de ruedas. En la actualidad, la joven pesa más de 50 kilos, lo que le ha permitido ser campeona de culturismo.
“Me obsesioné con el ejercicio y empecé a saltarme las comidas. Iba a la escuela sin desayunar y después no me comía mi almuerzo. En casa, simplemente movía mi cena en el plato”, ha explicado. Además, asegura que el origen de su obsesión con la comida es consecuencia de que se metían con ella en el colegio.
Tras tres años con la enfermedad, Emily ingresó en una unidad de internos para niños y adolescentes durante un año. Algo que volvió a repetir tiempo después: “Mi segunda estancia fue más exitosa. Salí y todavía no había superado por completo el trastorno, pero estaba decidida a mejorar y me apunté a un gimnasio".
Fue entonces cuando conoció a su entrenador de cuturismo, Rob Reinaldo, quien le ha ayudado a superar su trastorno alimentario y comenzó a practicar culturismo. De las últimas siete competiciones, Emily se ha colocado entre las cuatro mejores en todas ellas y ha ganado tres, lo que ha hecho que se clasifique para la final británica que se celebrará en octubre.
“No me puedo creer cuánto ha cambiado mi vida. Es increíble pensar que estaba en una silla de ruedas hace solo tres años y ahora amo la vida”, ha afirmado. Además, ha querido animar a otras personas que sufren su enfermedad a que luchen por salir adelante. “Quiero que otras personas luchen por ver que hay luz al final del túnel. Es difícil, pero tienes que luchar para salir de él”, ha sentenciado.