Asesina a su mujer para estafar al seguro y años después lo intenta con su segunda esposa

Hace 15 años, Malcom Webster simuló un accidente de tráfico para deshacerse de su esposa, Claire Morris, en un camino rural Aberdeenshire. El asesino drogó a su mujer y la llevó en su coche que empotró en el lugar elegido, donde la dejó inconsciente y después prendió fuego al vehículo.
Webster se embolsó más de 200.000 euros del seguro de vida que tenía contratado y pocas semanas después de la muerte de su mujer se compró un yate y un 4X4. Pero el hombre quería más y cinco años después de este homicidio cambió de escenario para repetir la misma puesta en escena.
Planeó las cosas de la misma manera con su nueva esposa, Felicity en Nueva Zelanda. Quería hacerse con un botín mayor, casi un millón de euros le esperaban por el seguro de vida de su nueva mujer, de 50 años, pero el 'teatro' no funcionó y la mujer sobrevivió.
Felicity, al igual que su primera esposa, sufrió episodios de fatiga y la policía sospecha que ponía fármacos en sus alimentos y bebidas.
Webster sin conseguir su objetivo regresó a Reino Unido y entabló relaciones sentimentales con otra enfermera, de 41 años. Él le mintió y le dijo que sufría de Leucemia, llegó a afeitarse las cejas y la cabeza para hacer su historia más convincente.
La pareja se consolidó y la mujer hizo un testamento en la que dejaba todos sus bienes a Webster, casi moribundo debido a su enfermedad.
Nunca le dijo que él seguía asado con su segunda esposa y que mantenía relaciones con otras mujeres simultáneamente. El romance parecía florecer hasta que la policía contactó a su prometida poniéndola al tanto de la vida y los enredos de Webster.
Tras acumular pruebas, Webster, considerado por el tribunal de Glasgow, uno de los más notables criminales de los tiempos modernos, fue sentado ante el juez. Lo declararon culpable de los cargos que se le imputaban por el homicidio de su primera esposa, intento de homicidio de su segunda y bigamia con el objetivo de heredar a la tercera.
Lindsey Miller, jefa de la división de crimen organizado aseguró que "Webster era un criminal calculador que tejió una red de mentiras para engañar a la gente que entró en su vida de buena fe." Y explicó que se aprovechó de sus conocimientos médicos como enfermero para "encubrir sus actos criminales".