La policía ha encontrado el cinturón de explosivos dentro de un contenedor, en el sur de París. El artefacto es similar al que utilizaron los terroristas en los atentados de la capital francesa y en Saint-Denis y podría pertenecer a Salah Abdeslam, el hombre más buscado en Europa.
Su hermano lo tiene claro, Salah se habría arrepentido en el último momento y no habría accionado su cinturón con explosivos. Por este motivo considera que está huyendo de las fuerzas de seguridad y, por miedo, de sus camaradas del Estado Islámico.
La policía sospecha que esta versión es cerca porque los terroristas reivindicaron un atentado en el distrito 18 parisino, donde Salah abandonó su coche, pero nunca llegó a cometerse. El yihadista no se inmoló, decidió escapar hacia Bélgica. Por eso la policía francesa y la belga rastrean todo su posible recorrido e intentan encontrar cualquier pista que les lleve hasta él.
Bruselas, blindada y paralizada
Las fuerzas de seguridad temen que Abdeslam u otros yihadistas pueda cometer nuevos atentados en Bruselas, la ciudad donde vivía. Las autoridades mantienen un día más blindada la capital y los colegios y el metro seguirán cerrados.
Está previsto que este miércoles se reanuden las clases y se reabra el metro parcialmente. Pero la alerta máxima se mantendrá, al menos, hasta el próximo lunes, cuando se realizará un nuevo análisis de la situación, según ha informado el primer ministro belga.
Toda la movilización policial de momento deja pocos frutos: 17 de los 21 detenidos ya están en libertad y sólo a uno se le acusará de terrorismo. Ni rastro de armas ni de explosivos ni del objetivo número 1, Salah Abdeslam.