Los ataques de Rusia en ciudades como Járkov se dirigen contra edificios de civiles y comercios

No solo en Mariúpol, donde resisten militares y civiles atrapados en una acería de la ciudad ucraniana, es muy tensa la situación. Los ataques son feroces en ciudades como Járkov. Mientras esto sucede en la zona sur y este de Ucrania, hoy ha llegado a la capital, Kiev, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para reunirse con Volodímir Zelenski.

Los ataques en el este y sur de Ucrania siguen en aumento, según nos cuenta Laura de Chiclana, corresponsal de Informativos Telecinco en la guerra de Ucrania. Los bombardeos no han cesado en toda la noche en Járkov, sobre todo en los distritos de la ciudad más cercanos al frente.

Edificios de civiles, comercios e incluso cementerios son el objetivo de los ataques del Ejército de Vladimir Putin. Los bomberos tuvieron que acudir a sofocar varios incendios en las ultimas horas.

Por el momento, no hay información sobre datos de muertos o heridos en Járkov. Miles de personas están viviendo bajo tierra en la ciudad pero otras muchas están huyendo en las últimas horas por temor a un asedio. No quieren ser otro Mariúpol.

La situación en la ciudad clave de Mariúpol

Allí en Mariúpol ha estado atrapados durante días militares y civiles en una acería ante un ejército 10 veces superior. Junto a los militares hay unos 1.000 civiles, sin agua, ni comida. Finalmente, y según fuentes de Rusia, el Ejército de Vladimir Putin habría tomado el control total de la ciudad portuaria.

"Las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y las milicias de la república popular de Donetsk han liberado Mariúpol, lo restos de las formaciones nacionalistas se refugiaron en la zona industrial de la planta Azovstal", ha dicho el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, en una reunión con con el presidente ruso, Vladímir Putin.

Según Ucrania, 6.000 personas siguen de Mariúpol y los solados ucranianos permanecerían refugiados en una acería dela ciudad junto con unos 1.000 civiles. Son los últimos de Mariupol, que se niegan a entregar las armas.