Con sus maletas a cuestas se quedaron los 282 pasajeros de un vuelo de Air France, más la tripulación, atrapados en Siberia. En pleno vuelo empezó a entrar humo en la cabina y tuvieron que aterrizar de emergencia en suelo ruso. Nos dijeron que había un problema en el avión y tuvimos que aterrizar en Irkutsk", contó una pasajera.
Tras el aterrizaje de emergencia les pusieron un nuevo aparato que también tuvo un problema técnico les dejó de nuevo en tierra y de vuelta al hotel. "Cuando el piloto encendió el motor, había algo que no funcionaba y era tan peligroso que no pudimos despegar", narró otras pasajera.
Así que en este punto, las 282 personas decidieron aprovechar al máximo estos tres días extras de vacaciones pagadas. Muchos se habrían enfadado, ellos optaron por disfrutarlo.
Empezando por degustar los manjares de la gastronomía rusa, aprender sus costumbres y hasta practicar sus bailes regionales. Después de tres largos y gélidos días, a 20 grados bajo cero, por fin llegó un tercer avión que esta vez sí les ha llevado a su destino sin más contratiempos.