Rociarán con agua bendita la localidad colombiana de Buenaventura para echar de allí al demonio

Informativos Telecinco
  • Buenaventura es conocida por es conocido por  el tráfico de drogas  y la violencia de las bandas criminales

  • Hay casas de desmembramiento por la ciudad donde se sabe que descuartizan a la gente

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Un obispo católico rociará agua bendita la ciudad de Buenaventura desde un helicóptero militar en un intento por conquistar a los demonios que él cree que la están acosando. El lugar fue puesto en la diana por la devastación con la que se violaban los derechos humanos en un informe de Human Rights Watch del año 2014. La situación no ha mejorado desde entonces.

Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya realizará el exorcismo en masa para el puerto marítimo colombiano de Buenaventura durante las festividades anuales de los santos patrones. El obispo, ordenado en 2017 por el Papa Francisco, ha declarado que quiere "deshacerse de toda la maldad que hay en nuestras calles" Buenaventura, el puerto marítimo más grande de la nación sudamericana, es conocido por el tráfico de drogas y la violencia de las bandas criminales.

"Queremos que el diablo salga de aquí"

"En Buenaventura tenemos que deshacernos del diablo para ver si podemos devolver la tranquilidad que la ciudad ha perdido con tantos delitos, actos de corrupción y tanta maldad y tráfico de drogas", dijo Montoya a los medios locales. "Será una gran manifestación pública para toda la comunidad, donde echaremos agua bendita para ver si tantas cosas malas terminan y el diablo sale de aquí". Solo en lo que llevamos de 2019 ha habido 51 asesinatos. El año pasado, el Vaticano anunció un nuevo curso de capacitación para el exorcismo debido a la creciente demanda del "ministerio de liberación".

Colombia vive en un permanente estado de violencia. Los años de violencia han llevado a más de 5 millones de colombianos a abandonar sus hogares, generando la segunda mayor población de desplazados internos en el mundo. En ninguna parte de Colombia, el problema del desplazamiento forzado es hoy peor que en Buenaventura, un puerto mayoritariamente afrocolombiano en la costa del Pacífico del país. De acuerdo con cifras del gobierno, en los últimos tres años, Buenaventura ha liderado a todos los municipios colombianos en el número de personas recientemente desplazadas. En 2013, más de 13.000 residentes de Buenaventura abandonaron sus hogares.

Human Rights Watch visitó el centro urbano de Buenaventura en noviembre de 2013 para investigar qué causaba el desplazamiento masivo allí. Encontraron una ciudad en la que barrios enteros estaban dominados por poderosos grupos de sucesores paramilitares conocidos como los Urabeños y la Empresa, que restringen los movimientos de los residentes, reclutan a sus hijos, extorsionan sus negocios y participan habitualmente en actos terroríficos de violencia contra cualquier persona que desafía su voluntad.

"Existen casas de desmembramientos"

Los relatos son de horror. Desmembran a sus víctimas y tiran las partes del cuerpo en la bahía y en sus costas cubiertas de manglares, o las entierran en tumbas escondidas, según residentes y funcionarios. En varios vecindarios, los residentes confiesan que existen "casas de desmembramientos", donde los grupos matan a sus víctimas vivas. Los vecinos confiesan que oyen sus gritos. La policía ya ha encontrado varios de ellos con las paredes manchadas de sangre.