Gracious David-West, de 40 años fue arrestado en septiembre del año pasado después de que varias víctimas fueron encontradas estranguladas hasta la muerte en Port Harcourt, la capital del sudeste del estado de Rivers. Entonces fue acusado de nueve asesinatos cometidos con rituales.
La policía había hecho desfilar a David-West por las calles después de su arresto y las autoridades publicaron un video en Twitter que lo mostraba admitiendo los asesinatos. Pero, un mes después, se retractó de su declaración y se declaró inocente en la corte. Los asesinatos provocaron indignación y llevaron a las mujeres a tomar las calles de la ciudad para exigir una mejor protección policial.
El presunto asesino en serie compareció ante el tribunal junto a una mujer, Nimi Thankgod, que fue absuelta de los cargos de "mala conducta con el cadáver de una de las víctimas". El no tuvo tanta suerte: fue condenado a morir en la horca. El estado de Rivers tiene una de las tasas de criminalidad más altas de Nigeria y allí florecen varios cultos violentos. Alrededor de 2.000 personas se encuentran actualmente en el corredor de la muerte en Nigeria, pero solo siete han sido ejecutadas en los últimos diez años, según grupos de derechos humanos.