A pesar de la apertura económica, la mentalidad china tradicional no ha cambiado demasiado en lo referente al matrimonio. Es una obligación de los hijos hacia sus padres. Deben casarse, tener descendencia y ocuparse de ellos cuando sean mayores. Y deben hacerlo mientras son jóvenes. El primer requisito, obviamente, es encontrar pareja. Sin embargo, la política del hijo único ha creado una enorme desigualdad de género en China. Por cada 120 niños nacen tan sólo 100 niñas, lo que en 2030 condenará a la soltería forzosa al 25% de los hombres. Esto ha creado una necesidad social que se ha traducido en un nicho de negocio que mueve millones. La industria de las citas en China es poderosa. Los programas de televisión arrasan en audiencia y su formato trasciende a las pantallas. Las citas online generaron en China un beneficio de 75 millones de dólares en 2010 y se espera que superen los 250 millones en 2015.