Francia ha decidido endurecer su política migratoria con nuevas y polémicas medidas. Entre otras, restricciones a las prestaciones sanitarias o cuotas para inmigrantes económicos. El plan suscita dudas incluso dentro del propio Ejecutivo de Emmanuel Macron.
En la cocina de un restaurante parisino rechazan la idea de las cuotas a la inmigración que plantea el gobierno francés. "Es peyorativo, estamos hablando de seres humanos", dice el dueño del negocio.
Las polémicas cuotas que quiere fijar el Ejecutivo galo no son por nacionalidades sino por oficios en los que no hay mano de obra. Será, dicen, inmigración profesional de trabajadores de países de fuera de la Unión Europea.
Actualmente hay 150.000 puestos vacantes en Francia. Con el argumento de lucha contra las mafias y contra el fraude en las ayudas médicas, Francia endurece también las condiciones a la asistencia médica gratuita para inmigrantes. Por ejemplo, un demandante de asilo tendrá que esperar tres meses para ser atendido.
Las ONGs critican duramente esta medida y opinan que la batería de medidas para endurecer la inmigración es un giro oportunista de Emmanuel Macron, con guiños a la ultraderecha de Marine Le Pen.