Trump se va a jugar golf tras conocerse el resultado de las elecciones. El todavía inquilino de la Casa Blanca se ha ido a digerir su derrota, pero ya está organizando un ejército de abogados para impugnar las elecciones generales.
Este domingo Donald Trump ya está organizando su nueva campaña para enturbiar los resultados de las elecciones en EEUU que lo han enfrentado a la realidad de la derrota. Apenas 24 horas después de que el candidato demócrata se convirtiera este sábado en presidente electo de Estados Unidos ha comenzado su nueva batalla, que será legal.
Junto a sus 8.000 abogados, comienzan la batalla judicial para recurrir los resultados electorales en cinco estados, aunque muchos se preguntan qué más hará Trump en el tiempo que le queda al frente del país. Son numerosos los analistas que apuntan a que podría intentar autoindultarse en alguna de las causas abiertas en su contra.
A golpes de golf y de tuits. Eso es todo lo que se conoce sobre el fin de semana de Donald Trump, pero sí se sabe que su deporte favorito lo está alternando con la preparación de una batería de denuncias por el supuesto fraude electoral que, de momento, solo ven él y sus incondicionales. Hasta las redes socialesl vuelve a alertar y califican de engañoso cada mensaje del presidente en funciones sobre el robo que según él ha sufrido.
Este lunes se conocerán los detalles de la batalla judicial de Donald Trump que movilizará a sus millones de seguidores para intentar reconducir el resultado de las urnas y revertir el escrutinio allí donde el voto por correo le fue desfavorable.
En Estados Unidos hay 50 estados y cada estado recuenta los votos cómo quiere. Hay 3.000 condados diferentes, por lo que los próximos meses podrían encerrar toda clase de sorpresas. Las primeras demandas de Trump ya fueron rechazadas, pero los expertos creen que aún queda un mes de plazo para que los estados acaben el escrutinio. Así que, hasta que se forme el Colegio Electoral hay tiempo para pleitear.
Los rumores de los medios estadounidenses apuntan a que tras los muros de la Casa Blanca, su asesor, su yerno y Melania Trump intentan convencerlo para que acepte la derrota. Incluso republicanos como George Bush o Mitt Romeny han felicitado a Biden. Trump hará las cosas a su manera y eso no son buenas noticias.