"Con 80 años de edad afortunadamente estoy en buen estado de salud. Sin embargo, mi condición física es cada vez menor y estoy preocupado de que pueda llegar a ser difícil para mí llevar a cabo mis funciones como símbolo del Estado con todo mi ser, como he hecho hasta ahora ", dijo el emperador en el discurso de 10 minutos, que fue televisado en todo el país.
Poco después de la emisión, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, explicó a los periodistas que "teniendo en cuenta la edad del emperador y la carga de sus funciones, tenemos que pensar en lo que le causa agravio que es y lo que puede hacer", según lo publicado por Japan Times.
Akihito, que ha sufrido una cirugía de corazón y un cáncer de próstata, sucedió a su padre en el trono, tras la muerte de este en 1989.
El mensaje del emperador ha sido entendido por los expertos como una alusión directa al primer ministro para que reforme la Constitución y sea incluida la abdicación, algo que no contempla la ley.
Actualmente la ley nipona de sucesión obliga a servir en el cargo hasta su fallecimiento.
En caso de que se modificara la Constitución el emperador Akihito abdicaría a favor de su primogénito, el príncipe Naruhito.