Ariany Pérez, una bebé de ocho meses, recibe satisfactoriamente un trasplante de hígado adulto

  • Ariany Pérez, de solo ocho meses, podrá seguir viviendo gracias al hígado que le ha donado John Rubino

  • La doctora Nadia Ovchinsky indica que el diagnóstico de la pequeña sin un trasplante "era terminal"

  • Rubino ya donó su riñón izquierdo a una persona desconocida en 2019

Ariany Pérez es una bebé de apenas ocho meses de edad que, tras recibir un trasplante de hígado adulto que le ha salvado la vida, se recupera felizmente en el domicilio familiar, en el barrio neoyorquino de Queens (Estados Unidos). Su donante fue John Rubino, un hombre estadounidense de Stamford (Connecticut).

La intervención quirúrgica, el pasado miércoles 2 de marzo, se llevó a cabo en el Montefiore Medical Center, ubicado en el barrio del Bronx. "Con el paso de los meses, estos bebés pueden enfermarse más y más. Tenía un diagnóstico terminal sin un trasplante", aseguró a CBS2 la doctora Nadia Ovchinsky.

Rubino es un raro "donante doble", puesto le dio su riñón izquierdo a una persona cuya identidad no se conoce en 2019 y ahora ha entregado un pedazo de su hígado a Ariany. "En este momento, mi corazón está sonriendo y muchas personas me preguntan todo el tiempo: '¿Qué obtienes de ser donante?' Cuando ves a un niño tan saludable, eso vale la pena", explicó Rubino.

El equipo médico que hizo el trasplante es optimista

El equipo médico que realizó el trasplante a la pequeña es optimista. "Creo que el pronóstico es excelente. En esa situación, en la que al bebé le va tan bien, es más probable que tenga una larga vida, casi normal. Quizás (deba) tomar una pastilla al día", señaló el doctor Dominique Jan, cirujano de trasplantes del Montefiore Medical Center.

Esperanza Pérez, madre de la niña, cree que Dios tenía un plan para Rubino y Ariany. "Ella es un milagro de vida y una guerrera", destacó sin poder ocultar su felicidad.

Rubino también es un guerrero, un veterano de la Marina que respondió al llamado de dar de sí mismo. Comentó que entregar parte de su hígado era mucho más exigente para su cuerpo que donar un riñón, pero dos semanas después de la cirugía se siente muy bien. En unos meses, su órgano volverá a crecer y funcionará normalmente, según los médicos.